liga endesa

Sin alternativa aparente (76-68)

  • El Unicaja agrió su clasificación copera perdiendo por tercera vez consecutiva en San Pablo ante un Betis eficaz

  • Sin otro plan, el equipo se encomendó al triple en su día menos acertado

Jeff Brooks intenta frenar a Milosevic.

Jeff Brooks intenta frenar a Milosevic. / José Ángel García

Sin Musli, sin acierto, sin plan, sin alternativa. Es imposible ganar sin nada. El Unicaja se volvió de San Pablo con la tercera derrota consecutiva en Sevilla (76-68) por primera vez en la historia. Una especie de hito que deja consigo una lectura preocupante. Porque el equipo, constantemente a remolque del Betis, tuvo incluso opciones de ganar cuando recobró alguna finura. Pero siempre a retazos, desde lo individual, sin una dirección clara.

Mala manera de celebrar el pase a la Copa. El Bilbao Basket perdió en sábado ante el Herbalife Gran Canaria para dar la clasificación simultánea al cuadro insular y al Unicaja. El primer objetivo de la temporada está cerrado, pero no parece este el camino para alcanzar los demás. El estilo es claro porque para eso se reforzó el exterior en verano. Pero a mes de enero no queda claro si el guión es así por vicio o convicción. Cuando las cosas se ponen mal, este Unicaja no muestra capacidad de reacción. Se encierra en su mundo y espera que su calidad, indudable, saque las castañas del fuego. Pero no siempre habrá un 50% en tiro de tres como ante el Obradoiro.

Todo es cuesta arriba sin Musli y desde el minuto uno quedó claro. N'Diaye no está para llevar el peso. Su labor intimidatoria es indudable, pero sufre ante rivales con un juego de pies mínimamente superior. Mahalbasic, recién llegado pero pieza fundamental desde el primer día, aprovechó para romper con entradas verticales hacia el aro. El Betis comenzó con un parcial de 7-0 sin respuesta hasta la aparición de Jamar Smith, el único enchufado desde el principio.

Con ese balance negativo y una antideportiva de N'Diaye (acabó jugando solo siete minutos), Plaza optó por regresar al plan de Berlín. Brooks hizo de cinco y se acompañó de un laborioso Carlos Suárez. Ocho rebotes atrapó el de Aranjuez sólo en el primer cuarto, muestra del sobreesfuerzo que provoca la ausencia de Musli. Como parche sirvió, después de recuperar el 12-3 inicial con un parcial de 0-12 (12-15). Sería por poco. Nachbar, un triple del ex cajista Alfonso Sánchez y otros dos puntos de Lockett tras una pérdida colocaron al Betis 17-16 al descanso.

Tabak tomó rápidamente la medida a la zona cajista y movió ficha para cortocircuitar su relación con el perímetro. Plaza probó de pívot a Brooks, a Suárez, a N'Diaye y a Okouo; a todo lo que tenía a su disposición con mismo resultado. El equipo se la jugó a una sola carta con el tiro lejano y le salió mal. El Betis defendió en zona, sacó al Unicaja fuera y lo dejó estrellarse contra sí mismo una y otra vez. La estadística final sería de 7-37 en triples. Nedovic no atinó (2-8), Waczynski se desesperó (0-7), Smith se cayó (2-6) y Fogg, siempre laborioso, no pudo sacar del problema a sus compañeros (1-5).

A la vuelta del descanso (32-25) el Betis se las apañó para enfrascar al Unicaja en una ventaja constante de diez puntos. No tuvo que mover mucho Tabak, porque el cuadro costasoleño se siguió empecinando en lo mismo con un resultado aún peor, porque no colaría una sola desde lejos. Brooks a base de intensidad mantuvo el tipo y ayudó a recortar algo. Un parcial de 0-4 con cuatro tiros libres (dos de Okouo y dos de Nedovic) permitió acercarse y creer algo en el último cuarto (50-43).

La voluntad de Fogg quiso que el Unicaja pelease el partido. No por el acierto, que más allá del triple para abrir el cuarto no pasó de los siete puntos. Fue por un ímpetu que contagió a Carlos Suárez. Había estado multiplicado el de Aranjuez para ayudar bajo el aro (cogió 13 rebotes) y de la nada apareció con un 3+1 (61-60). Empataría a la siguiente en otro tiro libre (61-61) tras el que falló su primero de la temporada para aumentar el gafe del partido. El equipo, lejos de modificar el plan agresivo para empezar a templar y jugar sus cartas, siguió a la misma.

El Betis fue más frío y pausado en su cabeza para castigar el desajuste defensivo de un Unicaja volcado en la presión. Triguero tiró de veteranía, se fajó en el rebote y ganó uno fundamental con el que ganó la falta de Brooks. Entre él y Lockett ampliaron a seis (67-61) antes del giro definitivo a falta de un minuto que los de Tabak jugaron con más inteligencia.

Nedovic daba la última esperanza a su equipo con un triple genial (67-64) antes de que Stojanovski matase con otro aún más complicado. Forzado, con una mano en la cara y desde su casa, el escolta macedonio encendió San Pablo antes de que Triguero volviese a ganar la batalla bajo los tableros y acabar cerrando en 30 segundos de trámite.

El Carpena dará su opinión el miércoles, cuando llegue el Cedevita. Lo primero es recuperar a Musli, cuya ausencia provoca el desorden y llama a reflexionar.

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