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Valencia Básket - Unicaja: Y hasta pareció fácil... (63-83)

El Unicaja celebra durante el partido.

El Unicaja celebra durante el partido. / ACB Photo

Tras el periodo de repostaje de comienzos de enero, el bólido verde vuelve a volar de manera impresionante. El Unicaja ofreció una exhibición de baloncesto en La Fuente de San Luis para empequeñecer hasta límites imprevistos al Valencia Básket, que 48 horas antes había tomado Vitoria. En el tiovivo constante en el que viven los equipos de Euroliga no es fácil mantener esa tensión, energía y agresividad. No es problema del Unicaja, que sentó cátedra en La Fonteta, provocando los pitos al equipo local. Fueron 20 puntos (63-83) de distancia, llegaron a ser 25. Fue del minuto 1 al 40, de cabo a rabo. Un dominio inusual entre equipos de un nivel parecido. La máquina que arrasa a los contrarios volvió a verse en Valencia. Y pareció hasta fácil, pero no, no es sencillo. No hay que olvidar de dónde se viene y el valor de la victoria es extraordinario. Una exhibición de este calado es anormal en la Liga Endesa ante un equipo con mucho más presupuesto. En su casa, con jerarquía y personalidad, de tú a tú. Con un scouting y un plan de partido soberbio, ejecutado de forma admirable por 12 lobos hambrientos que pusieron un nivel físico del máximo nivel europeo. Y al que el rival no pudo llegar.

El compás lo llevó el Unicaja, desde el 5-4 ya no soltó las riendas del partido. Puso las bases ahí. Defensa feroz, pocos puntos de arranque, pero dejó claro al rival qué tipo de partido debía acometer. Es muy incómodo y es muy complicado abordar al equipo malagueño, que se coloca a sólo una victoria del Real Madrid y que deja al Valencia a cuatro triunfos más el average (-6 en la ida, recuperado de sobra). Fueron Djedovic y Sima quienes dieron réplica al rival al principio, pero fue todo el equipo después. La maraña defensiva tejida por Ibon dejó al rival en sólo siete puntos en el primer cuarto. Sí, no estaba muy brillante el Valencia, fallaba muchos triples. Pero casi todos eran punteados. Llegaba la defensa malagueña a todos lados. Robaba balones y eso permitía correr. Ahora salía Kravish para matar desde la media distancia, después Ejim, reservado para jugar de tres y abordar a Ojeleye, que en la ida había sido una pesadilla y había causado muchos problemas a Taylor. Kalinoski metía dos triples y la diferencia era ya muy seria (11-31). Mumbrú probaba soluciones, pero no le salía. Los últimos minutos del primer tiempo dieron alguna experiencia con el triple de Puerto sobre la bocina (25-41).

El Valencia recurría al otro baloncesto para intentar recortar. Más físico, también algún amago de bronca, también Osetkowski se equivocó entrando al trapo. Pero el Unicaja campeaba sobre todo. Lima daba minutos de calidad, también en ataque, en la distribución y metiendo más puntos de los habituales. Con 15 arriba se entraba en el cuarto final (42-57). Bajó a 10 de renta el Valencia, que perdía a Davies por un feo gesto en la rodilla. Pero el Unicaja tenía el partido cogido por la solapa. Alberto Díaz, de vuelta tras dos partidos de baja, jugó un último cuarto primoroso. Le dio poso, repartió tres asistencias y metió un canastón en extensión para subir otra vez la renta a las cercanías de los 20 puntos, que se superaron en los minutos finales. Fue una sinfonía defensiva, ofensiva, una oda al baloncesto que ya es habitual en este Unicaja que se enseñorea en los mejores escenarios del país con una tremenda autoridad.

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