Unicaja

Yannick Nzosa y su cumpleaños infeliz

  • El joven pívot propiedad del Unicaja cumple 19 años en un momento delicado de su carrera en el que sus lesiones le están impidiendo medir su progresión

  • Otra rotura y posible operación

Yannick Nzosa, en un posado.

Yannick Nzosa, en un posado. / REal Betis

Yannick Nzosa cumplía este martes 19 años. No hay que olvidar la cifra a la hora de concluir de manera sumaria sobre el joven pívot del Unicaja cedido en el Real Betis. Su carrera ha sufrido un parón brusco. Tras apenas cinco minutos oficiales esta temporada, en Vitoria en el último partido antes del parón, el congoleño se ha resentido de la lesión que le tuvo fuera de combate desde el arranque de la campaña. “El pívot verdiblanco sufre una re-rotura del tendón conjunto de los isquiotibiales de su pierna derecha y será sometido a nuevas pruebas para determinar si es intervenido quirúrgicamente. Su vuelta a las canchas dependerá de la evolución de su lesión”, decía el crudo comunicado del club bético para comunicar que Nzosa estaba roto de nuevo. Hasta bien entrado 2023 no volverá a jugar, en uno u otro caso.

Era una temporada importante en la progresión de Nzosa, su tercera como profesional. Debutó en un partido en Andorra que padeció Ibon Navarro como entrenador del equipo del principado. Se convertía en el segundo jugador más joven tras Pablo Sánchez y adelantando a Domas Sabonis en debutar en partido oficial (llegarían después Rafa Santos, que ya lleva más de uno año de baja tras romperse la rodilla, y Mario Saint-Supéry). Las expectativas se disparaban. Una gacela moviéndose, aún ligero y sin formar pero con gran capacidad defensiva y excelente protector del aro. Capaz de culminar en situaciones ventajosas, un dechado de energía contagiosa. Las previsiones del draft le colocaban en el Top 5, algunas como primero para la lotería de 2022.

Nzosa acabó la temporada 2020/21 lesionado, con problemas en el pubis. Apenas se entrenó en EEUU, donde fue con su agencia de representación. Pasó de la residencia a un piso, conoció a tres entrenadores diferentes, su entorno creció. Y es complicado gestionarlo en un joven que con 13 años salió de su país para Italia y que ha vivido muy deprisa. Señalaban desde el club que en sus primeros tiempos jugaba bastante mejor que entrenaba y que, después, jugaba bastante peor de lo que entrenaba.

El exceso de responsabilidad, reconoció él mismo en las contadas entrevistas que hizo, le hizo bloquearse. Tras salir al final de la segunda ronda del draft, elegido por los Wizards, que no mostraron prisa en llevarlo a Estados Unidos, escogió la elección del Betis para crecer al lado de Luis Casimiro, el técnico que le hizo debutar en la élite. No está habiendo suerte y ha sido un cumpleaños infeliz para Yannick Nzosa, pero sólo tiene 19 años y una larga carrera aún por delante. El camino al éxito no es directo y al joven pívot africano se la ha revirado. Pero hay ejemplos para ilustrar que no puede desfallecer. Por ejemplo, este lunes debutaba con la selección con 24 años Eric Vila, que se marchó a la NCAA y su periplo fue fallido deportivamente cuando se le adivinaba estrella. Varios partidos en la ACB le han servido para que Scariolo le monte en su proyecto.

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