Cañete, Enri Salinas y Carlos Salas hablan del oro de España

La sangre malagueña del oro

  • Ángel Sánchez-Cañete, Enri Salinas y Carlos Salas cuenta cómo se cocinó la segunda estrella de España

Sergio Scariolo, rodeado de su cuerpo técnico.

Sergio Scariolo, rodeado de su cuerpo técnico. / feb

Aún retumba el eco del paso de España por el Mundial. Ya se apagaron los focos y la mente de los protagonistas comienza a digerir el tobogán emocional de las últimas horas. Un oro con sello malaka. Desde Sergio Scariolo, hijo de adopción de la provincia, hasta sus hombres de confianza. En la intendencia de la selección española en China han estado Ángel Sánchez-Cañete, Enri Salinas y Carlos Salas. Un trío de malagueños en la cima del mundo. 

"Hay una parte de nube, aunque no deja de ser como otras veces. Tiene que pasar tiempo. Ahora viendo las calles de Madrid te da un toque, pero la trascendencia es grande", cuenta el ayudante del bresciano, minutos después de darse un baño de masas por Gran Vía o Colón: "Me da la sensación de que no lo sé, no tengo una referencia válida. En la rutina del día a día vivimos muy inmersos en nuestro trabajo. Luego te das cuenta de la relevancia. ¿Especial? Todos son especiales. La mera experiencia de la selección es una experiencia única, ya solamente estando. Es difícil valorar que eres campeón del mundo. Es algo más grande, no es más especial, sí es más grande de lo que estábamos acostumbrados. Este también tiene su componente de sorpresa, la gente incluso nos subestimaba y te da más alegría". 

No cambia mucho la percepción de Salinas. "No somos muy conscientes. Te lo dice la gente y lo has ganado, pero no lo tienes asimilado. Son muchas ilusiones acumuladas y mucho sufrimiento. Es tan durísimo el día de un partido que la carga emocional es muy fuerte", explica el paleño, del que ha sido su primer viaje a un torneo con el combinado nacional: "En 2017 me incorporé, pero al Europeo por motivos de logística no pude ir. He vivido el equipo y se juntan muchísimas emociones y responsabilidad. Estás con muchísima tensión porque en cualquier despiste te vas para casa. Ese estrés emocional es muy alto, lo he vivido con mucha alegría, pasión y agradezco a la gente que ha confiado en mí desde Garbajosa a Scariolo. Me acuerdo mucho de mi club, que es quien me ha llevado a formarme donde estoy hoy día". 

"Ganamos mucho, pero esta es la más importante. Cuando llegas a España y ves el recibimiento que tuvimos con la gente volcada... Ahora estoy pasando consulta y los pacientes que llegan antes que contarme sus dolencias quieren que les cuente una anécdota del Mundial", detalla el médico Salas, aunque Salinas incide en un detalle: "Estamos en esa burbuja de tantísimo tiempo de trabajo que no nos dábamos cuenta de la repercusión. Nos enteramos después que la final fue el partido más visto de baloncesto en la historia del país. Ahí ves lo que es ganar un Mundial, es lo máximo". 

"Ganar es algo tan excepcional que la celebración vale la pena. Hay gente que ha hecho sacrificios, los ves recompensados y alegra", recalca Cañete, mientras el doctor da detalles de los festejos: "Han sido celebraciones por todo lo alto, pero bastantes sanas y prudentes. No se perdió la cabeza, aunque se disfrutó muchísimo. Lo especial de ganar este campeonato quizá sea que nadie contaba con la selección española en ningún momento. Todos pensaban que había pasado la época de la España ganadora. Habíamos ganado muchas cosas anteriormente con un equipazo y ahora no teníamos tantos nombres. Sin embargo, con el esfuerzo, el sacrificio y esa actitud se consiguió". 

Salas, Cañete y Salinas posan con la medalla de oro. Salas, Cañete y Salinas posan con la medalla de oro.

Salas, Cañete y Salinas posan con la medalla de oro. / M. H.

Es momento de analizar qué hizo que España pintase una nueva estrella en el pecho. "De alguna manera todo el mundo cuando llega Serbia, e incluso el día de Italia, fuera puede dudar porque el equipo había comenzado intermitente", dice Cañete, que sigue en un amplio análisis: "Ante Italia se hace un partido serio, Sergio había mandado mensajes de que el equino tenía que estar bien en el momento adecuado y era ese. Se antojaba que el partido de Italia era el decisivo porque Serbia se estaba mostrando inasequible. Para jugar así contra Serbia todo empezó contra Italia. Una confianza que ni nosotros teníamos. Se sacó adelante con mucho trabajo desde la defensa, desde el trabajo duro y sucio y no tan vistoso. Eso genera mucha confianza". 

La victoria frente al ogro balcánico, clave. "No sólo cambia al equipo, cambia el torneo. Lo cambiamos. Los mandamos a la otra rama. Supimos competir en el momento adecuado, que era lo que se pretendía", añade el que fuera también mano derecha de Scariolo en el Unicaja, que sigue: "Valía la pena el resultado de Serbia, que en un principio lo lógico era que ellos ganasen. Eran favoritos para ganar el Mundial. Creo que ganarle era lo mejor, ellos ya se cruzaron con Argentina que demostró ser un equipo durísimo. Gran parte del éxito es que en la final les respetamos de igual a igual, no subestimamos ninguna de sus armas". 

"El partido más duro que cualquier equipo ha podido tener en el campeonato", asegura sobre el duelo con Australia, aunque Enri Salinas va más allá: "No recuerdo un partido tan intenso nunca". "Seguíamos el plan, pero no anotábamos y ellos entraron en juego y se fueron a 11 puntos. Nosotros seguimos trabajando bien, pero no metíamos. Lo más importante es que nos agarramos al partido siempre. A partir de ahí tenemos una riqueza táctica tan brutal que acabamos por sacar el mayor rendimiento a eso, fue una de las claves", analiza. 

Enri Salinas y Carlos Salas, en la celebración. Enri Salinas y Carlos Salas, en la celebración.

Enri Salinas y Carlos Salas, en la celebración. / feb

Esa maestría desde el banco hizo la diferencia. Los protagonistas cuentan cómo es la cocina hasta que Scariolo saca la varita. "No se prepara día a día, cuando se hace todo es en el mes previo al campeonato. Ahí es cuando puedes entrenar, cuando empieza todo el día libre tienes que usarlo para recuperar. Se hacen sesiones que no son nada físicas, sólo se le explica al jugador qué es necesario. Para tener esas herramientas las debes haber creado y probado con antelación y eso se hizo desde el día uno de los entrenamientos. En los amistosos se va probando y luego simplemente tienes que refrescar. Vas utilizando o no ese arsenal según el criterio de Sergio", cuenta Cañete, que habla sobre los planteamientos: "Hay mucho trabajo. Lo que les llega a los jugadores es una milésima parte del trabajo. Se hace trabajo individual y colectivo de todos los equipos. Todo puede empezar con un simple emparejamiento, que tú o ellos lo busquen. Por ejemplo el quinteto de España cambia en la final, que sale Oriola porque podía ser favorable y luego lo fue. Luego también en el caso de Patty Mills se le pueden hacer defensas mixtas, que haya gente en zona y otro en individual para que toque poco el balón... Todo eso está preparado con tiempo de antelación. Parte de un estudio muy exhaustivo de vídeos y de datos estadísticos. Puede ser no obstante que con esos emparejamientos no te dé porque hay jugadores casi indefendibles como Belinelli o el propio Mills".

El técnico paleño lleva al lado del bresciano desde 2015 y ha ido ganando peso con el paso de los años. Sólo se ausentó cuando el Unicaja estaba en la Euroliga, por incompatibilidad de calendarios. En el Mundial se ha encargado de preparar los ataques de este transatlántico. "Lo que tienes que hacer es estudiar la defensa de los equipos contrarios. Qué defensa hacen, qué jugadores son mejores o peores... A partir de ahí sacas el ataque que vas a hacer tú sabiendo con la gente con la que cuentas. Nosotros tenemos a Marc Gasol que es un jugador totalmente referencia, cuando él está en el campo nuestro juego obviamente pasa por él", sostiene, mientras da a conocer las funciones del resto del cuerpo técnico: "Luego hay otro asistente que mira sus ataques, otro para situaciones especiales de ataque/defensa como saques de banda y fondo, finales de cuarto y situaciones de último segundo... Luego hay gente especializada en vídeos, hay otro entrenador para estadísticas. Entre todos vamos construyendo los informes del equipo contrario que se le da a los jugadores muy sintetizado, tanto a nivel gráfico o a nivel vídeo. Cada día hay mucho trabajo". 

Un staff que pasa más horas viendo botar el balón que con la cabeza en la almohada durante los torneos. Así son las jornadas. "En la preparación adelantas mucho trabajo, aunque trabajas con tu equipo. Conforme se acerca el campeonato ya empiezas a trabajar más con los contrarios. Incluso en los amistosos vas acumulando datos para cuando llegue el momento porque hay dos días de descanso. La noche que hay por medio es de mucho trabajo para estudiar el último partido, de cara a reafirmar cosas. En cuanto termine tu estudio tienes que llegar a conclusiones para dárselas a los jugadores y dárselas cuanto antes. A lo mejor al mediodía siguiente ya le debes explicar el partido. Esa noche se duerme muy poco o nada. En China nada porque nos quedábamos trabajando y a las cinco de la mañana cambiábamos de ciudad. Nos pillaba trabajando y seguíamos en el avión. Esa es la rutina cuando juegas cada dos días", expone. 

Ángel Sánchez-Cañete, con Sergio Scariolo. Ángel Sánchez-Cañete, con Sergio Scariolo.

Ángel Sánchez-Cañete, con Sergio Scariolo. / feb

Enri Salinas, que ahora trabaja con la cantera en Los Guindos tras más de una década en el primer equipo cajista, se encargó de la preparación física. Una labor que acerca. "Lleva detrás un estudio muy previo a la competición, el 24 de julio nos reunimos pero  el diseño de la concentración ya está hecho un tiempo antes. Entre todo el cuerpo técnico vamos diseñando las cargas de trabajo, el número de sesiones y le vamos dando una serie de características para dosificar esfuerzos a nivel individual. Es un deporte colectivo con trazas individuales, no se puede tratar a todos igual. No es lo mismo Llull o Ricky y Marc, que vienen de la NBA. Hay que medir los esfuerzos individuales", comenta sobre una preparación que tiene casos específicos porque hay jugadores de superélite: "Es un trabajo de equipo. Marc tiene a su preparador físico que es Toni Caparrós y ha estado mucho tiempo aquí. Solamente se encarga de él. Él estuvo con nosotros toda la concentración y le ha dosificado. Lo ha llevado a la excelencia, él se ha sentado con Scariolo para dosificar cuántos, cómo y a qué intensidad debe hacer los entrenamientos. Es un equipo muy amplio de preparadores físicos, yo puedo ser la cabeza visible por la responsabilidad que tengo, pero gracias a mis compañeros hemos conseguido que llegaran como han llegado". 

Las piezas esenciales aterrizaron en China después de una temporada de máxima exigencia, aunque en el tramo clave llegaron en un momento físico fabuloso. "Lo importante es que sabemos el nivel de competición que arrastran. Marc más de 100 partidos, Rudy y Llull casi 90 partidos... Una de mis funciones fue gestionar a los preparadores físicos de muchos jugadores para que tuviéramos una misma línea de trabajo", explica el malagueño, que trabaja en comunión con Carlos Salas, galeno del equipo: "Es muy importante la fase previa de la concentración, los primeros días. Hay que estudiar bien a los jugadores, conocer su historial, cuales son los puntos débiles que tienen. Primero para no sobrecargar las zonas que son más delicadas y segundo para proteger las áreas que hay que proteger. Ahí se programan las cargas con los preparadores físicos y los entrenadores para que los jugadores progresen sin riesgo para su salud. Como deporte de contacto puede surgir algo que te modifique los planes iniciales, pero para eso estamos. En los partidos vas viendo la evolución y en la competición como es un torneo con muchos partidos y poco descanso entre ellos ha habido mucho trabajo de recuperación con los fisioterapeutas. Después de cada partido te sueles acostar de madrugada viendo a los jugadores, tratando las lesiones y al día siguiente programas las recuperaciones. Así vas jugador por jugador y día a día". 

Hay un protocolo especial con los jugadores de la NBA, que impone la propia liga. "La NBA pone una serie de instrucciones para cuando surge alguna molestia o enfermedad de que hay que informarle, estás obligado a dejar que el equipo de la NBA estudie al jugador", dice Carlos Salas, que lleva un lustro en la selección española y que está a caballo entre Madrid y Marbella, donde abrió a principios de este año una clínica de medicina deportiva, llamada Salas&Sánchez Yagüe: "A veces sucede que te dan unas instrucciones que tú no compartes, pero ellos son muy conservadores y no quieren arriesgar con sus jugadores. El contacto con equipos NBA tiene que ser constante por normativa. Los contactos con los clubes ACB como los conozco a todos ambos confiamos en ambos. Hay información fluida". Son las experiencias de tres malagueños de oro.  

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