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La defensa, caballo de batalla

  • El Unicaja exhibe margen de mejora atrás

  • Si el rival roza los 80 puntos, la victoria está más lejos

Daniel Hackett intenta anotar ante la defensa de Dani Díez y Carlos Suárez.

Daniel Hackett intenta anotar ante la defensa de Dani Díez y Carlos Suárez. / javier albiñana

Cuando van haciendo falta dos manos para ir contando los traspiés de un equipo es casi obligatorio en pensar qué se está haciendo mal. O dicho de otra forma, qué se puede hacer mejor. No hay una sola causa que explique una derrota, o lo hay en días muy puntuales, pero sí algunas tienen más trascendencia. Las cinco del Unicaja tienen muchos padres. Que si la mirilla desviada desde el tiro libre, que si la pérdida del rebote... donde el equipo cajista tiene aún el techo más lejos es en la defensa.

Cuando los de Plaza doblan la rodilla lo hacen porque el equipo encaja una cifra cercana a 80 puntos o superior. Cuando el rival besa esa cifra, a los cajistas se les resiste la victoria. Aún no produce en ataque de forma constante, sobre todo ante rivales de mayor nivel, para librar un intercambio de canastas y salir vivo.

85,4Puntos. Es la media que ha encajado el Unicaja cuando ha sido derrotado en cinco ocasiones.

La muestra -10 partidos- aún no es lo suficientemente representativa para que las consecuencias tengan poso, pero sí se exhiben algunas tendencias a apuntar en la libreta. El Unicaja está siendo más vulnerable en aro propio cuando el Carpena no está de por medio. Al calor de su afición el conjunto verde encaja 72 puntos, subiendo la cifra en 10 tantos cuando viaja lejos de Málaga. De hecho, la consecuencia directa luce en el luminoso. Y es que de los 5 partidos jugados como local, los de Plaza se han impuesto en cinco. La cifra como visitante es inversamente proporcional.

Un dato que requiere de un análisis más profundo. Y es que el Unicaja ha ejercido de anfitrión ante equipos de menos entidad. No es que ello desluzca la cifra, pero sí que debe tenerse en cuenta para valorar la estadística desde un punto de vista global. El nivel de Fenerbahce y Brose Bamber dista mucho del de San Pablo Burgos, Real Betis o Movistar Estudiantes. De estos tres últimos, dos aún no conocen el sabor del triunfo en Liga Endesa.

La realidad indica que a los verdes les está costando descifrar los ataques de los equipos de mayor caudal anotador. No encuentran las vías para taponar el aro de forma constante y por ahí se anda resquebrajando el castillo. Olympiacos y Brose y en mayor medida Real Madrid y Valencia percutieron a buen ritmo la canasta cajista. Los dos últimos alcanzaron cotas que para igualar obliga a tener un gran acierto. Por ello, conviene más subir el listón en la parcela defensiva. Y por ahí el encuentro inaugural de la Euroliga ante el equipo de Zeljko Obradovic es buen espejo para mirarse.

Pese a lo mejorable de la situación, Plaza ya está dibujando algunos quintetos que exhiben un portentoso músculo defensivo, lo cual puede ofrecer a medio plaza prolíficos réditos. Ahí parecen básicos Alberto Díaz, Sasu Salin, Dragan Milosavljevic, Carlos Suárez y James Augustine. También que peces gordos como McCallum, Nedovic o Shermadini se apliquen en labores defensivas.

El horizonte es amplio para exhibir varios puntos de progreso, porque irá en el beneficio propio. El avance pasa, lo cual no implica sencillez, por mostrarse rocosos cerca de 40 minutos. Conviene no regalar tramos de facilidades defensivas, como ya ha surgido con varios inicios de partidos, que dejaron victorias en el trayecto. El Sinan Erdem turco emerge como el lugar ideal para comenzar a mostrar una versión sólida atrás.

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