Unicaja

Una nueva realidad

  • El Unicaja comienza otra era, con Casimiro como faro en su segunda etapa en Málaga

  • Cuatro fichajes se unen a un importante esqueleto

Se mostró resuelto el Unicaja en la ventana veraniega. Se estrena hoy agosto y la plantilla del nuevo proyecto ya está cerrada. Un bloque donde se conserva un importante bloque y donde aterrizaron cuatro incorporaciones. Una era que comienza a andar en apenas 15 días y que afronta objetivos ambiciosos en la campaña 18/19.

De junio a esta parte hubo trascendentes permutas en el club. Se cerró la aventura de Joan Plaza en Málaga y Luis Casimiro cogió las llaves, en la que será su segunda etapa en la banda del Carpena. En la anterior tachó objetivos, aunque ahora la vara de medir estará más alta. Una permuta en la manija que implicará otra filosofía, que comenzará a verse desde septiembre.

La salida de Nedovic equilibra la pintura y el perímetro, pero crea dudas en la anotaciónRecuperar el paso en la ACB y volver a la Euroliga, los grandes objetivos de la campaña

La bajada a la Eurocup implica novedades en la estructura del plantel, que pierde dos piezas. De 15 con los que comenzó la anterior campaña pasa a 13. Un fondo de armario menos denso que se ajusta a una nueva realidad, un calendario de menos exigencia, en fondo y forma. No obstante, se espera el torneo continental de más calidad en cursos recientes, con la complejidad que conlleva compaginarlo con la siempre severa ACB.

La situación permitió que no hubiera una profunda renovación en el vestuario, circunstancia habitual en los últimos estíos. Casimiro conserva ocho jugadores de la pasada temporada, un hecho con poco parangón en esta década. Una estrategia que da solidez y que trasluce un proyecto consolidado. Aunque el librillo es diferente, existen automatismos tras un curso denso, que podrán ser aplicables ahora, lo que de igual forma ayudará a la adaptación de los neófitos.

Los movimientos no fueron amplios en número, sí en envergadura. Coincidió este mercado con la salida de los cuatro puntales de la anterior plantilla, por lo que quedaba la compleja misión de tapar sus huecos. Además, con la certeza de que en algunos casos la tarea resulta utópica. No obstante, se entiende que el nuevo contexto -donde el presupuesto también es menor- incide en esta cuestión.

En esa labor Carlos Jiménez tomó como principal caladero la Euroliga. Del Olympiacos, que está viviendo una profunda remodelación con la llegada de David Blatt a Atenas, recogió a Brian Roberts y Kyle Wiltjer. Estadounidense y americano ocuparon dos posiciones que preocupaban sobremanera en las altas esferas. En Andorra pescó a Jaime Fernández, uno de los jugadores nacionales con más margen de crecimiento, que cogió brillo en las ventanas FIBA. Una proyección alta también tiene Lessort, la guinda del mercado. El galo, de 22 años, era una de las perlas y el equipo cajista anduvo ágil para atarlo.

Un cuarteto que rebaja la edad media (26.5 años) de la plantilla y que llega repleto de ambición, con el objetivo de dar un paso más en su carrera, el de consagración al primer nivel. No recorre esa línea Roberts, que aporta la experiencia.

En esa línea, hubo de igual manera una forma de proceder que hacía un tiempo que no se estilaba. Se renegaba en Los Guindos de pagar cláusulas, algo en lo que no se reparó este verano. Hubo que pasar por caja para atar a Jaime Fernández y Mathias Lessort, tirando en buena parte de lo que dejó Nedovic para tomar rumbo al Armani Milán.

El volante del equipo lo compondrán Brian Roberts, Alberto Díaz y Jaime Fernández. El malagueño debe seguir ampliando su catálogo. Este año decidió partidos en Euroliga desde la defensa y su listón va de ahí en hacia arriba. Capaz de aportar energía, su asignatura pendiente está en ofrecer anotación de forma más consistente y hacerse con el mando cuando esté en pista. El estadounidense y el madrileño intentarán disimular la marcha de Nedovic, pero también de McCallum. El de Toledo (Ohio) es un base muy diferente al nuevo jugador del Darussafaka. Jiménez optó esta vez por la experiencia y los kilómetros en Europa de Roberts, que tiene menos vértigo, pero sí más registros de anotación. Puede desequilibrar en el uno para uno, al igual que finalizar los sistemas. Ahí alternará funciones con el canterano del Estudiantes, en quintetos que tendrán dos creadores primarios, algo que gusta utilizar a Casimiro. En Andorra demostró capacidad para anotar, aunque también para asistir -cuatro pases de canasta por encuentro- con regularidad. El examen es trasladarlo a un contexto de mayor nivel.

Jaime tendrá minutos de dos, posición que también ocupa Salin. Segundo curso para el finlandés en Málaga, que no deslumbró en su estreno. Era uno de los eslabones débiles, pero el club confió en su continuidad con un entrenador que le conoce y en un rango inferior. Debe abandonar esa bidimensionalidad -en Estados Unidos se conocen este tipo de jugadores como 3D (buenos defensores y lanzadores de tres)-. Le penalizó rellenar el hueco de Nedovic cuando salía y quizá la menor diferencia con la competencia corra a su favor.

En el alero, el equipo verde apostó por repetir la fórmula anterior. No resultó satisfactoria a nivel individual, sí grupal. Permitió tener siempre a un jugador enchufado, a costa de frenar la continuidad de todos ellos. Está por ver la gestión del entrenador manchego. Prolongaron su vínculo Díez y Waczynski, que tienen margen de mejora. El madrileño busca ofrecer garantías en más situaciones de juego -ya trabajó con Ndong con especial insistencia el poste bajo- y es de esperar que rompa el cascarón. El polaco se debe consolidar como uno de los focos anotadores después de rozar los dobles dígitos de media en Euroliga y ACB. Luego está Milosavljevic, que tuvo un desembarco gris. Con su aclimatación completada, en Eurocup ya fue determinante. El rol que le otorgue el técnico se antoja fundamental para que gane en confianza y resurja en la versión que encandiló de cara a realizar la fuerte apuesta que se hizo en su contratación.

La partida de Nedovic cambia el equilibrio entre la pintura y el perímetro. Su porcentaje de uso de balón era altísimo, siendo el epicentro del juego. Se pierden más de 15 puntos por partido, de ahí que existan lógicas dudas de quién o cuántos asumirán esa porción que queda huérfana.

Otros dos cambios hubo en la zona. Salió Brooks, un perfil completo. Útil en ambos lados, aportaba una dosis de competitividad grande. Su recambio es Wiltjer, un jugador diferente. Un consumado especialista desde el triple, con menos capacidades en defensa y en el rebote. El italoamericano formaba un cuatro de garantías con Suárez. El acople del canadiense parece clave para que no haya fisuras en una posición estratégica.

En el pívot repetirán tres piezas. Continúa Shermadini, que ganará peso ofensivo. Tiene armas para producir con suficiencia. Llegó Lessort, que comparte similitudes con Augustine. Dará músculo y rebote, aunque posee menos IQ en la pista. Si encuentra feeling con los bases, su juego por encima del aro puede resultar provechoso. Con ellos convivirá Okouo, cuyo objetivo debe ser arañar minutos y recuperar la senda. El decimotercer pasajero es Morgan Stilma, que hará los entrenamientos con el primer equipo y competirá con el EBA tras acabar su etapa junior.

Una plantilla con, a priori, menos potencial, aunque con suficiente talento para recuperar el lugar natural en ACB e intentar el retorno al primer nivel europeo.

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