Una línea roja con dos nombres propios: José Antonio Griñán y Manuel Chaves. Los partidos que se estrenan en el Parlamento de Andalucía, Podemos y Ciudadanos, no apoyarán al PSOE para investir a Susana Díaz como presidenta si no pide el acta de diputado y senador a los dos ex presidentes imputados en el caso de los ERE fraudulentos, puesto que ambos consideran esta condición como inamovible antes de sentarse a para buscar cualquier acuerdo.

Juan Marín, el candidato autonómico del partido de Albert Rivera, mencionó este requisito entre las propuestas incluidas en el decálogo anticorrupción que han enviado a la candidata socialista este fin de semana y que Díaz debe aceptar para que puedan alcanzar pactos de legislatura en otros temas, como la política económica y social que Ciudadanos defendió en su programa.

Las diez medidas son inamovibles, según aseguró ayer Marín en una rueda de prensa donde estuvo acompañado por el vicesecretario general del partido, José Manuel Villegas; pero la que parece más complicada es la referente a los ex dirigentes de la Junta, que están llamados a declarar como imputados en el Supremo los próximos 9 y 14 de abril, dentro de la serie de comparecencias que comienza hoy en el Alto Tribunal con el ex consejero de Empleo José Antonio Viera. Incluso Albert Rivera, en un acto en Las Palmas de Gran Canaria, se refirió ayer a la petición de su partido, que en su opinión permite a Susana Díaz "romper con el pasado" y desbloquear las negociaciones con Ciudadanos, algo que su líder en Andalucía considera complicado porque no cree que el PSOE vaya a aceptar todas las condiciones propuestas.

Marín aseguró que los posibles acuerdos de legislatura que se tomen en Andalucía no serán moneda de cambio para las municipales ni para otras autonomías y aprovechó para anunciar quienes serán los interlocutores en las conversaciones con Juan Cornejo y Mario Jiménez, representantes del PSOE para la negociación. José Manuel Villegas será la cuota de Rivera en el equipo de Ciudadanos que buscará los acuerdos en Andalucía; mientras que los miembros del incipiente aparato regional serán Manuel Buzón, coordinador territorial, y Julio Díaz, parlamentario electo por la provincia de Huelva.

Desde Madrid, Pablo Iglesias también se refirió a la situación andaluza tras los comicios del 22 de marzo y coincidió con Marín en la exigencia de destituir a Chaves y Griñán antes de sentarse a negociar con los representantes del PSOE-A. El secretario general de Podemos afirmó que "independientemente de lo que digan los jueces" los ex presidentes tienen "una responsabilidad política con la corrupción".

Es una de las tres "líneas rojas no negociables" que ha establecido la formación y que se completan con la condición de que la Junta no negocie con bancos que desahucien a familias "sin alternativa habitacional" y que reduzcan el gasto en asesores para destinarlo a contratar médicos y profesores. Según Iglesias, son condiciones "que llevan demasiado tiempo encima de la mesa" y que mientras que no reciban respuesta afirmativa "no hay nada que hablar".

En su primera comparecencia pública tras las elecciones, el líder de Podemos valoró el resultado cosechado por Teresa Rodríguez y su equipo como "espectacular", aunque insistió en que su intención es "salir a ganar todos los partidos". Iglesias fue cuestionado sobre la polémica suscitada a partir del nombramiento de Sergio Pascual -secretario de Organización a nivel nacional y uno de sus hombre de confianza- como miembro del equipo negociador junto al economista Manuel Garí, elegido por la candidata regional. "Teresa Rodríguez es la jefa. Hablo con ella todos los días y cuenta con mi apoyo", declaró el político madrileño, que recibió posteriormente el agradecimiento de Rodríguez en un mensaje de Twitter.