Fórmula 1 l Gran Premio de Bélgica

Massa acelera en los despachos

  • Hamilton acaba primero en Spa, pero sirve el triunfo al brasileño tras una sanción de 25 segundos por su ilegal adelantamiento a Raikkonen · Heidfeld fue segundo por delante del inglés y Alonso, cuarto

Ni Raikkonen ni Hamilton. Al final, Massa. El brasileño de Ferrari hizo de convidado de piedra en un Gran Premio de Bélgica que pareció resolverse en la penúltima vuelta bajo la lluvia a favor de Hamilton, que adelantó en una alocada vuelta bajo un intenso aguacero al actual campeón del mundo. De nada sirvió el acoso del inglés, ya que la carrera se resolvió en los despachos. El piloto de McLaren fue castigado por los comisarios de la FIA, que consideraron que, en su adelantamiento a Raikkonen, se aprovechó de la situación tras haber acortado saltándose una chicane y conseguir ventaja por ello. Los 25 segundos de sanción a punto estuvieron, incluso, de sacar al británico de un podio del que Alonso se quedó a escasos cuatro segundos.

Así, dos horas y media después de su carga de caballería bajo la lluvia en Spa y de cruzar la meta, el triunfo pasó a manos de Massa, beneficiado de una infracción que normalmente suele ser castigada con un paso por boxes, pero, como ya no era posible al encontrarse en las postrimerías de la carrera, se optó por la sanción de 25 segundos.

El brasileño logró una victoria que ni mucho menos imaginaba cuando quedaban tres vueltas. En ese momento era tercero, y cuando comenzó la lluvia redujo sobremanera su marcha para poder acabar, tras ver a su compañero de escudería chocarse contra el muro al tratar de recuperar la primera posición que le había arrebatado justo antes Hamilton.

La prueba comenzó con el asfalto húmedo, ya que durante las horas previas estuvo lloviendo sin parar sobre la pista de Spa. Con todo, la mayoría de los monoplazas decidió salir a pista con neumáticos de seco. Fernando Alonso, que partía sexto, realizó una gran salida y, aunque se fue de la pista en la primera curva (junto a Raikkonen), adelantó dos posiciones y se quitó de en medio a Kovalainen y Heidfeld, quedándose con el cuarto lugar. Hamilton, por su parte, defendió perfectamente su pole position en la salida mientras Massa perdía el segundo lugar en favor de su compañero. El inglés rodó en primera posición durante la primera vuelta, pero después de cometer un error y hacer un trompo sobre el piso, aún mojado, se vio superado por Raikkonen, que se puso en cabeza y comenzó a abrir diferencias emprendiendo el camino hacia su cuarto triunfo consecutivo sobre el circuito belga.

Poco a poco, la situación se fue estabilizando con los pilotos de delante abriendo distancias y aguantando con neumáticos de seco en condiciones de humedad.

Hamilton parecía vencido, pero su combativo espíritu y la lluvia se interpusieron en el camino del piloto finlandés cuando faltaban cinco vueltas. Todo cambió en ese momento. Sin tiempo para hacer ninguna parada, los dos se la jugaron. El británico tocó carga de caballería mientras el de Ferrari intentaba mantener como podía su monoplaza sobre la pista. En un intento a la desesperada del piloto de McLaren, Raikkonen le cerró la puerta y Hamilton cruzó por dentro la chicane colocándose primero, aunque volvió a ceder la cabeza como dictan las normas. Eso sí, enseguida se puso a rebufo pegando un hachazo en la siguiente frenada para poner de nuevo en cabeza. Esa acción fue la penalizada, pues debió de dar más margn a Raikkonen antes de situarse enseguida a su estela.

Al final, el mayor beneficiado del loco final en Spa fue el brasileño Massa, que, tras dar las últimas vueltas con una enorme cautela, se encontró con una victoria a la que nunca tuvo opción sobre la pista.

Junto a Hamilton, Raikkonen se erigió en la figura trágica del espectacular Gran Premio de Bélgica. Cuando tenía el triunfo en sus manos la lluvia le jugó una mala pasada. Primero se vio superado por Hamilton y cuando trataba de devolver la moneda se salió y se estrelló contra el muro por las condiciones extremas del asfalto.

Por detrás, el más listo fue el alemán Heidfeld, que se apresuró a cambiar sus neumáticos para conducir en mojado a falta de dos vueltas, una antes que el resto. Acertó plenamente. Tras una mala salida -cayó del quinto al undécimo puesto-, sus opciones de podio eran nulas, pero la lluvia llegó a su rescate. El director deportivo de BMW, Mario Theissen, explicó que el equipo decidió el oportuno cambio de neumáticos cuando vio que "los dos pilotos en cabeza tenían problemas". El perjudicado fue Fernando Alonso, que entró a boxes una vuelta después, cuando iba tercero, y tuvo que conformarse con la cuarta plaza.

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