El Unicaja sigue sin levantarse de la lona. Lo retuvo ahí un Montepaschi colosal, un Ferrari que marcha imparable hacia la Final Four de Estambul y que dejó el Carpena desolado. Quinta derrota consecutiva del equipo malagueño. Y no fue una derrota más. Los 23 puntos de desventaja (68-91) suponen la mayor diferencia en contra que el Unicaja ha encajado en casa a lo largo de su trayectoria por la máxima competición oficial. El récord anterior eran los 20 tantos de la derrota ante el Prokom en la campaña 2009/10 (50-70) y el peor registro absoluto siguen siendo los 53 puntos de desventaja por los que cayó en Badalona en la era Scariolo. Nuevo mazazo a la debilitada moral malagueña. Unicaja, quién te ha visto y quién te ve.

otro ambiente

El Carpena de mitad de semana no es el mismo que el de los fines de semana. Se echa de menos la banda sonora de Los Mihitas, cuyos componentes se ven reducidos a una exigua representación. Las gradas están más despobladas y desde ellas se anima con un "Unicaja, Unicaja" proveniente de gargantas más jóvenes de lo habitual. Los colegios de Málaga y su provincia pueblan el graderío. Para muchos de los espectadores es su primera experiencia en el Carpena. Y eso se nota. A la hora de animar, a la hora de meter presión. Gran parte del aficionado entendido se queda en sus casas retenido por la tarea habitual de un día laborable. Se limita a seguir el partido desde el sofá de su casa y el resultado es un ambiente diferente, más festivo, menos intimidatorio. El problema viene de lejos. La Euroliga no engancha. La mejor competición del continente no moviliza a la masa social del Unicaja. Y se intenta dar ambiente al pabellón de la mejor manera posible. Jordi Bertomeu lo comprobó ayer en primera persona desde el palco, entre el presidente Eduardo García y el concejal Damián Caneda. Pero él está curado de espantos. Ambientes muchísimos peores ha visto. El Carpena, pese a todo, sigue siendo de lo mejorcito de Europa.

primer 'overbooking'

Por primera vez en la temporada. Chus Mateo disponía de trece jugadores para afrontar un partido. Al tratarse de un partido de Euroliga no había limitaciones en cuanto a los cupos y el técnico se decantó esta vez por dejar fuera de la convocatoria al joven Abrines. Doce jugadores que a la hora de la verdad quedaron reducidos a diez porque ahí se quedó la rotación malagueña. Mark Payne, renqueante aún de su pie izquierdo, no saltó a la pista, y Nedzad Sinanovic tuvo una aparición testimonial en el final del tercer cuarto y en el último periodo (1:43). Es el panorama que le espera al equipo toda vez que han desaparecido las lesiones. Para el domingo, el descartado apunta a que será Mark Payne.