La historia de Hrvoje Peric es una historia que habla de la constancia, el compromiso y la fe en las propias posibilidades. Un episodio que arranca en agosto de 2010 y que escribe estos días sus días más felices.

Fue el verano del año pasado cuando el jugador croata aterrizaba por primera vez en Málaga. Hasta ese momento había sido jugador del Zadar, antes lo había sido del Split y del Dubrovnik. Fichaba por el Unicaja, una oportunidad única en su carrera, y llegaba para ser presentado, pero las diferencias en el club complicaron su aventura. En los despachos de Los Guindos se prefería dar minutos en el primer equipo a Augusto Lima y Aíto García Reneses era partidario de contar con el croata. Ganó la primera opción y Peric hizo las maletas con destino Italia. Era cajista, pero jugaría la campaña 2010/11 cedido en el Benetton de Treviso.

Su primera experiencia fuera de Croacia no fue del todo buena. Se mostró irregular y nunca pareció dar la sensación de haber asumido bien su nueva situación. Tuvo un buen final, pero su rendimiento dejaba dudas y el cambio de técnico en Málaga añadía incertidumbre. Chus Mateo y Paco Aurioles vieron vídeos y el primero incluso llegó a viajar a Italia para verle en directo, pero no les convenció. No se contaba con él. La orden era buscarle una salida. Peric esperó paciente acontecimientos. Hubo alguna vía que el club exploró. El Union Olimpija esloveno y el Avellino italiano preguntaron por él, también algún club ACB, pero llegó la fecha para comenzar la pretemporada sin ningún club dispuesto a asumir su ficha. Ahí comenzó lo más difícil para el croata: entrenar sabiendo que no se contaba con él.

Mateo le trató, eso sí, como uno más. Y Peric se empeñó en convencerle. Fue ese su primer mensaje cuando se le preguntó en pretemporada por su situación. Agradaba su actitud en los entrenamientos y comenzó a sorprender en los primeros partidos amistosos. El alero cumplía, pero la idea primigenia del cuerpo técnico seguía vigente. "Por necesidades del equipo, vendría bien algún refuerzo interior", se decía. Y los primeros candidatos a enfilar la puerta de salida eran Uros Tripkovic y el susodicho Peric.

Y llegó la competición oficial. El club le inscribió en la Liga Endesa y dispuso de sus primeros minutos en el debut ante el Gran Canaria: 8 puntos y 5 de valoración en diez minutos. Una buena actuación que se ha repetido cada vez que Chus Mateo le ha dado una oportunidad. En Atenas, incluso llegó a ser el MVP del equipo, gracias a un extraordinario segundo cuarto, con 13 puntos, 5 rebotes y 21 de valoración. Pese a ello, sólo jugó 4 minutos ante el CAI y no llegó a participar en la victoria sobre el Zalgiris. Su situación estaba sobre la mesa. Había quien no entendía que no jugara más, pero en los últimos partidos parece que ha terminado por convencer a los técnicos: en Valencia y ante el Blancos de Rueda Valladolid, los dos últimos encuentros ligueros, ha jugado 20 y 27 minutos respectivamente. Además, está la declaración de Mateo tras la victoria del domingo: "Forma parte de mi plan, se lo ha ganado".

El croata es el décimo jugador de la plantilla en minutos jugados (13:25), pero es el octavo máximo anotador (6), el cuarto en balones recuperados (0,7) y el séptimo en rebotes (2,3) y valoración (7,1). Además, es el mejor jugador de la Liga Endesa en el porcentaje de tiros de dos (76,4%). Peric, el pertinaz, parece haberse ganado al fin un hueco definitivo en la plantilla. Pero su historia no ha hecho más que comenzar.