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Repesa: "Los murmullos del público no ayudan"

  • El técnico croata cambia la ira por la conciliación y solicita el auxilio de la prensa y la afición: "Es muy fácil apoyar cuando todo va perfecto, hace falta cuando las cosas van mal"

Tras el ataque de furia posterior a la derrota ante el Anadolu Efes, ayer pasó por la sala de prensa del Carpena un Jasmin Repesa sosegado y tranquilo. Se diría que venía con bandera blanca si no fuera porque sus dotes de actor, con su histrionismo y cambios de humor, empiezan a revelarse más notables que las de entrenador de baloncesto. Al menos, durante sus meses en Málaga. Lanzar un mensaje determinado y premeditado es clásico y lógico en un entrenador. La táctica de arremeter contra el entorno, prensa o afición, para hacerse la víctima y unir al equipo en torno a ese parapeto también es frecuente. Acusar a un periodista públicamente de cobrar dinero para escribir mal de él no es nada habitual en estos lares. Quizá sí sea habitual en su país. Desde el Unicaja se le sugirió a Repesa que se disculpara públicamente por su actitud del viernes. Repesa actuó como si no pasara nada. Hubiera sido un buen remedo de Spencer Tracy en aquella histórica Dr. Jekyll y Mr. Hyde. La época en la que los entrenadores mandaban había pasado, se pregonaba desde el club con firmeza. Repesa, en comportamiento, hace lo que él cree y viene en gana. Personalidad no le falta, es evidente. Ayer desoyó la petición del club, que en privado y a título personal pide disculpas, pero en público parece actuar con miedo a lo que pueda pensar su entrenador. Ayer Repesa se mostró conciliador y pidió ayuda a la prensa y a la afición.

"Empezamos muy bien, muy concentrados, tanto en ataque como en defensa, pero en el primer cambio de jugadores perdimos ritmo, hicimos estúpidos errores, con muchas pérdidas, dejando al otro equipo anotar fácilmente para coger confianza y recuperar terreno. Es importante haber ganado el partido en un momento de tanta necesidad que atravesábamos, pero tengo que admitir que no hemos jugado bien durante 32-33 minutos", comenzó ayer su alocución Repesa, que señaló que el público no ayuda lo que debiera al equipo: "Digo lo mismo que en estos últimos meses, que este equipo necesita calma y confianza. Pero los jugadores escuchan algunos murmullos desde la tribuna y no es lo mismo. No ayudan, hacen daño. Sufro más por mis jugadores, que son grandes chicos pero que no son capaces de soportar la presión que hay alrededor de ellos, que por mí mismo".

Repesa personalizó en Calloway cómo afecta la presión en la cabeza de los jugadores: "Earl anotó cinco triples en el primer tiempo en seis intentos. En la segunda mitad falló los cinco que tiró. Por eso os pido a vosotros (refiriéndose a los periodistas presentes en la sala) que podéis mandar mensajes a nuestros aficionados que transmitáis que el equipo necesita ayuda. Es muy fácil apoyar cuando todo va perfecto, cuando todas la canastas entran. Lo difícil es apoyar cuando las cosas no están bien y es lo que le pido".

Al final del partido hubo algunos pitos para el equipo. "¿Contra quién?" , preguntaba Repesa, al que la afición silbó levemente en su presentación: "Mis disculpas, pero los jugadores dieron todo lo que pudieron dar. Lo que veo es que el equipo da todo lo que puede. El que opine diferente, es una cuestión de criterio. La actitud de los jugadores es buena siempre. Estoy de acuerdo con que no jugamos un buen partido y con que no estamos satisfechos del todo".

Por último, se le solicitó a Repesa que, ya que pedía ayuda a la prensa, ofreciera un titular del partido. "Lo más importante es tener dos puntos más", respondió el entrenador del Unicaja, ayer más relajado. De momento, parece tener un balón de oxígeno. Quién sabe.

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