"Será el mayor show de la Tierra", prometió el alcalde de Londres Boris Johnson. ¿Pero quién lo va a poder ver en vivo? Faltan 100 días exactos para el inicio de los Juegos Olímpicos y miles de británicos ya se sienten estafados porque no pudieron conseguir ninguna entrada para el evento.
Las críticas apuntan al Comité Olímpico Internacional (COI) y al comité organizador local (LOCOG), acusados de haber priorizado la entrega de tickets para patrocinadores y emisoras de televisión. "Al fin y al cabo, al estadio irán sólo los más ricos", expresó su resignación Tim Reder, uno de los muchos fanáticos del deporte que se quedaron con las manos vacías. El LOCOG explica que hay unas 8,8 millones de entradas disponibles para los Juegos que se desarrollarán entre el 27 de julio y el 12 de agosto. De ellas, 6,6 millones fueron -y serán- puestas a la venta al público en sucesivas etapas. Un 13 por ciento será destinado a los más de 200 Comités Olímpicos Nacionales. Y el resto será distribuido entre los patrocinadores y los adjudicatarios de los derechos de televisación.
Pero las dudas sobre la distribución de entradas persisten. La página web encargada de la venta ya se colapsó en dos ocasiones y un error en un programa informático provocó una duplicación de las reservas para las entradas en el nado sincronizado. Además, los organizadores se niegan a informar cuántos tickets serán puestos a la venta en las competencias más atractivas, como por ejemplo la final de los 100 metros masculinos o la ceremonia de apertura. Los precios oscilan entre las 20 y las 2.000 libras. "No cotizamos en Bolsa, no es una información obligatoria", se defendió el LOCOG.
Pero como en todos los grandes eventos deportivos, los estafadores brotan como hongos. La policía londinense Scotland Yard advirtió al público que no compre tickets en sitios web no certificados. "Hay una enorme demanda de tickets para Londres 2012. Y esta demanda hace más fácil a los criminales poder realizar estafas", dijo Nick Downing, a cargo de la comisión especial creada en 2010 por Scotland Yard. Pero más allá de las detenciones y los operativos, miles de londinenses ya se sienten estafados.
No todo está listo para Londres 2012
Faltan 100 días de que se encienda el pebetero olímpico en Londres, no todo está listo para el comienzo: la población británica clama contra el caos en el tráfico, el exceso de seguridad y el despilfarro de dinero.
A los ocho millones de londinenses no les hace mucha gracia la inminencia de los Juegos Olímpicos 2012. Los taxistas se quejan del poco trabajo que tienen, los conductores del metro del exceso de pasajeros y los residentes de Hyde Park irán a juicio contra los organizadores por el excesivo aumento de la afluencia al parque.
Una encuesta reciente indicó que diez de los 60 millones de habitantes que residen habitualmente en el Reino Unido no estarán en el país mientras arda la llama olímpica. Una gran parte de ellos escaparán de los Juegos para evitar el caos de tráfico que se espera.
A pesar de la inyección de 7.800 millones de euros, el metro de Londres es el más antiguo del mundo y muchos vagones y estaciones siguen siendo anticuadas. La principal línea que enlaza el centro de la ciudad con el estadio olímpico, fue modernizada con un nuevo sistema de señalización, pero éste falla con demasiada frecuencia. La red de carreteras aún no está terminada: los anillos en torno a la ciudad escasean en Londres, a pesar de que las grandes ciudades europeas suelen estar dotadas de varios de ellos. Un 40 por ciento de los taxistas británicos, que conducen los famosos cabbies, ya anunciaron que se negarán a trabajar durante los Juegos si no se les permite solicitar una prima en compensación por la pérdida de viajeros que ocasionarán los atascos. Los organizadores tratan de ser optimistas. "Estamos seguros de que el sistema de transporte será resistente durante los Juegos", señaló Mark Evers, responsable del transporte de Londres para el evento.
El LOCOG también teme un posible ataque terrorista. El atentado que sufrió la capital británica el 7 de junio de 2005, en la que murieron 52 personas, todavía está presente. Aunque Sctoland Yard insiste en que no serán "unos Juegos militarizados", los londinenes no tienen fe en ello. Un buque de guerra está anclado en el Támesis, algunos jets eurofighter están disponibles en una base aérea cercana a Londres y varios misiles tierra-aire están preparados para su lanzamiento. Hasta 23.000 agentes velarán por la seguridad de los Juegos, de los cuales 13.000 son soldados, un número mucho más alto que el de tropas británicos en misión en Afganistán.
La diputada laborista y presidenta de una comisión de auditoría, Margaret Hodge, estima un coste de 11.000 millones de libras para los contribuyentes. Critica, por encima de todo, la campaña publicitaria de 400 millones de euros destinada a que un millón de británicos comenzara a hacer deporte. Hasta ahora, tuvo acogida en 110.000 ciudadanos. El resto prefiere seguir yendo al pub.
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