El lunar de la victoria se llama Giorgos Printezis. El griego fue el descartado contra pronóstico. Si eso ya fue un mensaje, Aíto no dejó dudas al explicar su decisión. "Son cosas que tienen un proceso. No es cuestión de un acto determinado, sino una tendencia, que además contagiaba a los demás. Es un jugador con mucho talento pero tiene que trabajar. Cuando recupere eso de un forma estable, podrá jugar. Pero es importante no dimensionar demasiado las cosas", explicó el entrenador madrileño.

El entrenador cajista dio carpetazo confirmando que el sábado estará en Madrid y prefirió hablar más de su sustituto, Baptist: "Ha estado bien. Si en algún momento le necesitamos, es un jugador con buena actitud. No es una estrella pero está en buena línea y puede ayudarnos". Aunque fue Blakney quien volvió a emerger. "Es muy difícil lo que está haciendo, llegar y estar tan integrado en tan poco tiempo. Si seguirá hasta el final de temporada hay que ir viéndolo cada día", alegó al respecto Aíto.

El Martín Carpena no sólo le animó a él, sino que volvió a ser ese pulmón que tan bien le sienta al equipo. Aíto lo celebró a su manera. "Siempre es un poco más fácil que la gente te ayude contra el Madrid que contra el Prokom, por ejemplo. Vamos a intentar que esto pase también contra los Prokom", manifestó.

Y pese a ser noche feliz, los precedentes frenan la euforia del entrenador madrileño, que teme dar la de arena el sábado. "Esta victoria refuerza la autoestima, pero si perdemos el fin de semana volverá a bajar mucho. Cuando tienes dos partidos tan seguidos no conviene estar pendientes de la autoestima. Lo que sí quiero decir es que el estar en la posición que estamos tanto en la ACB como en la Euroliga tiene mucho mérito", explicó.

Ello no quita para que el preparador del Unicaja no acabara satisfecho con el trabajo de los suyos anoche: "Empezamos siendo batidos claramente por su ataque, nos metieron muchos triples y nos sacaron un poco de ventaja. Después ajustamos la posiciones defensivas. Lo mejor es que fuimos capaces de jugar 40 minutos con ilusión, estupendos, y con ganas independientemente de que acertáramos o falláramos".