Estepona

Una profesora de Estepona se ofrece a enseñar español a ucranianos gratis

  • Mariló Carrillo organiza grupos de manera altruista para favorecer la integración social de los refugiados

La profesora Mariló Carrillo con varias cajas de alimentos recolectados.

La profesora Mariló Carrillo con varias cajas de alimentos recolectados. / M. H. (Estepona)

La guerra internacional que se vive tras la invasión rusa de Ucrania el pasado mes de febrero ha provocado la salida de numerosas personas del país y una ola de solidaridad con los refugiados, que en la localidad costasoleña de Estepona se imparte a modo de pedagogía con clases solidarias de español para favorecer la integración social de estas personas.

La iniciativa ha sido lanzada por una profesora de idiomas de la academia Pergamino -localizada en la calle Camino del Padre cura de Estepona-, Mariló Carrillo, que lleva ejerciendo la docencia durante más de cuatro décadas y que de manera altruista y gratuita va a aportar “su granito de arena” a las consecuencias del conflicto bélico.

De este modo, ha ideado crear grupos de refugiados para enseñar el castellano, arrancando el primero de ellos el próximo jueves, 24 de marzo, en el centro académico, y que estará compuesto por un total de “15 personas entre madres e hijos”, principalmente adolescentes que han huido de Ucrania. Además, las clases se podrán seguir de forma virtual por “4 o 5 personas” que residen en otras ciudades, y está formando un segundo grupo con “niños” mientras “ajusta algunos horarios de clases”, e incluso, “si hay que trabajar algún sábado”.

Un “alumna de origen ucraniano” ayudará a Carrillo en su labor de enseñar español a los desplazados acogidos en la costa en las primeras sesiones para la traducción y para crear un “vocabulario básico”, ya que desconoce el idioma pero se servirá de otros métodos como “los gestos, las manos o las cartas” para impartir los contenidos. “Yo quiero desde un primer momento ponerles las cosas fáciles y transmitirles todo el cariño que les podamos dar”.

“La enseñanza me encanta, adoro mi profesión y el tema solidario lo llevo desde hace tiempo y es lo que como persona me llena”, relató la docente, quien con anterioridad ha colaborado con ONG para dar clases de español a “refugiados políticos” procedentes de Ucrania o Venezuela, con los que hacía las veces de “psicóloga”. La experiencia ahora es distinta, y con los que huyen de la guerra la profesora quiere imprimir un plus de atención debido al “estado emocional” en el que llegan. “Quiero tratarlos con mucho respeto porque son personas que psicológicamente están hechas polvo. No vamos a hablar de la guerra ni de sus familias y hay que tener un poquito de psicología, hay que tener mucho tacto y ser paciente”, refirió.

Según valoró, el papel del idioma es fundamental en la integración social de estas personas, que “con las familias de acogida no se pueden comunicar porque la mayoría no habla inglés”, por lo que ha destacado la importancia “para socializar y para su día a día” y para “por lo menos defenderse, con la ventaja de que lo que aprendan lo van a escuchar en la calle”.

Su vinculación con diversos “grupos solidarios” le ha hecho contactar tanto con varias familias de refugiados como de acogida en la Costa del Sol, como una localizada en San Pedro con la que se comunicó a través de la red social Facebook, o el caso de una exalumna ucraniana de español que “se ha tenido que traer a toda su familia”, entre otras. “Conoces sus historias, hablas con ellas y al final a nivel emocional te implicas”, ha subrayado.

Emocionalmente vienen hechos polvo porque llegan a un país completamente nuevo, con el horror de la guerra, al que no han venido por gusto y han tenido que huir dejando a los maridos, sus familias o sus casas. Son historias muy duras”, ha empatizado la docente, remarcando que “esto me sale del corazón y me llena como persona, el ayudar y para mí es como unan responsabilidad muy grande lo que voy a hacer”.

Otra de las acciones que está llevando a cabo es la recolecta de alimentos no perecederos, así como de productos de higiene para aliviar la carga económica de las familias de acogida, destacando que se necesitan “papillas, potitos o pañales” para los bebés. Mientras, el material escolar para las clases será aportado por la academia, donde igualmente se están decepcionando los alimentos y a la que se puede contactar en el teléfono 620 33 84 85.

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