Pasarela

Noruega da un tirón de orejas al príncipe Haakon

  • El heredero ha tenido que pedir perdón por alquilar cinco casas próximas a su residencia que carecían de licencia

El príncipe Haakon de Noruega ha vuelto a pedir perdón públicamente. Antes de su boda con Mette-Marit ya tuvo que dar explicaciones porque se había enamorado de una plebeya de pasado difícil que se incorporaba a la familia de los Glucksburgo con un hijo pequeño nacido de su relación con un traficante. Ahora es el urbanismo lo que trae de cabeza al hijo del rey Harald. Según ha destapado un periódico noruego, el heredero se ha embolsado en el último año más de 1,4 millones de coronas noruegas (unos 200.000 euros) por el alquiler de varias viviendas que no cuentan con los permisos correspondientes.

En concreto, se trata de cinco viviendas emplazadas en las inmediaciones del palacio de Skaugum, donde residen habitualmente los príncipes herederos y sus tres hijos, un complejo que los príncipes recibieron en 2001 como regalo de bodas por parte de Harald y Sonia de Noruega. Las casas que ahora son objeto de la polémica fueron en su día residencias de labriegos, si bien el príncipe decidió remodelarlas en 2007 para poder sacarle beneficio. Según denuncia ahora el periódico Dagbladet, el príncipe Haakon nunca pidió las correspondientes licencias para ello, incumpliendo así la ley de planificación y construcción, un hecho que no ha sentado nada bien al pueblo noruego.

Tanto es así que después de que la propia casa real saliera al paso con unas declaraciones públicas en las que pedía perdón y reconocía que "las formas no fueron las más correctas", ha sido el propio Haakon quien ha emitido un comunicado reconociendo su error. "No tenía derecho a hacer eso y es mi culpa", se ha excusado el heredero noruego, que ha puntualizado también que el pasado mes de junio "empezamos a trabajar en la implementación de las medidas necesarias y en la solicitud de los certificados de los edificios que serán enviados a la municipalidad tan pronto como se pueda".

Cuando este escándalo ha saltado a la luz pública en Noruega, el príncipe se encontraba disfrutando de unos días de vacaciones con su hijastro Magnus en el sur de Portugal.

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