Pasarela

Una 'bendita locura' de amor eterno

Desde antes del mediodía se congregaban los vecinos de Pilar Sánchez -para quienes siempre ése será su nombre- en las inmediaciones de la Parroquia Santa María la Estrella de Coria del Río donde, a la una de la tarde, estaba previsto su esperado enlace con el "hombre de su vida" junto al que ha decidido pasar el resto de sus días. Un coreógrafo malagueño al que conoció cuando su alter ego, Pastora Soler, ensayaba ciertos movimientos para uno de sus videoclips y que, de compañero de profesión, pasó a amigo y de ahí… entró directo al corazón.

Algunos años después de aquel encuentro, la pareja unió ayer sus destinos en una ceremonia que rezumaba el mismo cariño que, cada uno de ellos por separado, sabe entregar a todo el que se les acerca para descubrir, por encima de a dos grandes artistas, a dos excelentes personas. Por eso, ataviados de gala para la ocasión, ambos se personaron en el mencionado templo seguidos de un sinfín de invitados populares como los cantantes Carlos Baute, David de María, Merche, Manolo Carrasco, Chayo Mohedano, Tamara, Patricia Vela o Vanessa Martín; compositores como Roel o el granadino Antonio Ferrara; personajes de la crónica social como Carmen Lomana y Tomás Terry; periodistas como Cristóbal Cervantes; cronistas como José Pablo Ruiz y Carlos Telmo; modelos como Eva González y María José Suárez, paisana de la contrayente; y diseñadores como Justo Salao o Cañavate, responsable precisamente de un inolvidable y elegante traje nupcial.

Vestida de blanco roto, con una tiara de brillantes y turquesas dispuesta en la parte de atrás del recogido de su cabello -prestada por la condesa Cristina Heeren-, Pastora se decantó por una creación con un cuerpo entallado hasta la cadera que se deslizaba hacia una cola de tres metros, mangas de encaje y un velo de tul de seda natural de cuatro por tres metros que despertó la admiración del personal nada más verla aparecer por un templo donde, además, se contó con la estupenda y emocionante garganta de Manuel Lombo entonando algunas de las melodías que acompañaron al desarrollo del sacramento.

Una vez terminado éste, se procedió al desarrollo de un convite que tuvo lugar en el Rancho El Rocío, situado en la localidad sevillana de Puebla del Río y al que, el ya matrimonio, accedió montado en un hermoso coche de caballos. Mientras, el personal iba degustando entremeses de un catering servido por Sayca y donde no faltaron, en homenaje a la Málaga natal del novio, unas feriales casetas en las que se servían los chanquetes característicos de la capital de la Costa del Sol. Además, Rafael Peralta y su mujer, Mamer Revuelta -propietarios de la finca-, quisieron agasajar a los recién casados con un magnífico espectáculo equino como sólo los miembros de saga de rejoneadores -incluyendo al también presente, Ángel Peralta- saben hacer.

Y así, gracias a la perfecta tutela de la relaciones públicas y organizadora de eventos, Silvia Peris, llegó el momento de pasar al salón y ocupar unas mesas a las que se sentaron casi 600 personas y que iban no sólo numeradas sino bautizadas con canciones interpretadas por la propia Pastora Soler o coreografiadas por su mencionado esposo, Francis Viñolo cuya ropa, por cierto, fue regalo de su amigo Baute (inseparable siempre de su chica, Beatriz). En dicho entorno pudo disfrutarse de un menú compuesto por arroz caldoso con langostinos, carrillera ibérica con salsa de vino oloroso y un postre mezcla de una tulipa azucarada y hojaldre,un helado de leche merengada y un semifrío de Ferrero Rocher.

Fue durante el final del almuerzo cuando los anfitriones pasaron a saludar, uno a uno, a un aforo testigo de que, en los tiempos que corren, aún sigue existiendo gente enamorada que, con su mejor sonrisa y cariño cómplice sabe hacer felices a los demás. Felicidades por eso... y por el resto bueno que esté por venir...

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