Se acabaron los días largos, agosto lo avisaba. El otoño arranca en la península ibérica en la madrugada (3:04 horas) del viernes 23 de septiembre, cuando la posición de la tierra con respecto al sol hace ver que "el centro del sol cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el sur". Son datos del Observatorio Astronómico Nacional (Instituto Geográfico Nacional, IGN). Es el equinoccio de otoño, que hará que el día tenga las mismas horas de luz que de noche y supone el inicio de una época del año en la que las horas de luminosidad se irán rebajando cada jornada mucho más rápido que hasta ahora. 

Desde que empezó septiembre, en la provincia de Málaga se han perdido 50 minutos de sol (el 23 amanecerá a las 8:06, 17 minutos después que el día 1; y anochecerá a las 20:13, 33 minutos más tarde que el primer día del mes). Dentro de otros 23 días, las horas de luz se habrán acortado otros 52 minutos más. Las horas de sol bajan hasta que llegue el 21 de diciembre y con él, el invierno. En un año en el que los meses de estío han seguido la tendencia altamente calurosa de los precedentes, a pesar del menor número de horas de sol, las temperaturas siguen siendo más que agradables.

El otoño es un buen momento para mirar al cielo si las nubes lo permiten y más en esta primera semana en la que habrá luna nueva el domingo 25, por lo que será es una oportunidad para disfrutar de algunos de los mejores sitios para ver las estrellas que hay en la provincia, aunque realmente basta con encontrar un lugar en con una distancia adecuada de un gran foco de luz como pueden ser las grandes poblaciones o sus alrededores.

Lluvia de estrellas en el arranque de octubre

El ciclo de la luna no ayudará a ver la lluvia de estrellas de las Dracónidas que se espera que tengan su pico de actividad en torno al 8 de octubre, un día antes de la luna llena. Las Dracónidas no tienen una cantidad de meteoros por horas tan alto como otras lluvias de estrellas veraniega. Según los datos del IGN pueden provocar unos 20 meteoros por hora, aunque se han registrado años en los que se ha rebasado con creces esta cifra: 1933 y 1946 con una tasa de miles de meteoros por hora y 2011 en el que se registraron en torno a 600 meteoros por hora aún con una noche en el que la luna también era protagonista.

"La Tierra atraviesa el anillo formado por los fragmentos desprendidos del cometa 21P/Giacobini-Zinner", explica el IGN que añade que: "Cuando uno de esos fragmentos (o meteoroides) entra en contacto con la atmósfera terrestre, se calcina por la fricción con el aire creando así el resplandor luminoso que conocemos como meteoro o estrella fugaz". 

En el cielo de la península ibérica, durante el arranque del otoño, se pueden ver sin problema a Júpiter y Saturno tras el anochecer y además se sigue contemplando el denominado triángulo de verano que forman las estrellas Deneb de la constelación del Cisne, Vega de la de la Lira y Altair en de la constelación del Águila.