La Stupa de Kalachakra de Vélez-Málaga, un rincón singular donde reconectar cuerpo, habla y mente
Málaga está repleta de rincones singulares, esa particular denominación que otorga la Diputación de Málaga a algunos de los puntos más especiales de la provincia. En la Axarquía, por ejemplo, hay muchos, algunos excepcionales y sorprendentes. Hoy, muy cerca de Vélez-Málaga, hablamos de la Stupa de Kalachakra, un monumento con el que reconectar con el interior, con el cuerpo, el habla y la menta de uno mismo, principalmente porque su proyecto pensando en eso mismo, el cuerpo, el habla y la mente de Buda que contribuye a la unión de los pueblos.
Son muchas las formas de llegar a este templo budista que se esconde a pocos kilómetros del centro de Vélez-Málaga. Las rutas son sencillas, de baja dificultad, e incluso existe la posibilidad de dejar el coche muy próximo a la Stupa de Kalachakra. Hay quien la hace desde Los Romanes y otros que comienzan desde el Trapiche, en ambos casos el paseo es relativamente fácil y no supone complicaciones (eso sí, si el día es de mucho sol, no olvidéis la gorra). Además, la recompensa una vez que llegas a lo alto, a la Stupa de Kalachakra, es revitalizador.
Cuando comienzas a encontrar una zona donde el camino comienza a estar pavimentado y los árboles aparecen en manada, es indicativo que estás llegando a la plaza de este templo budista tan particular en la Axarquía, un lugar que reporta paz, tranquilidad y que reconecta con los sentidos. Un sitio hermoso y que deja vistas panorámicas realmente espectaculares: desde La Maroma a Canillas de Aceituno, Comares imponente en su cerro o el amplio embalse de la Viñuela. También el mar, Vélez-Málaga, Periana o Benamocarra entre otros tantos pueblos que se puede divisar desde la zona.
La Stupa de Kalachakra está construida siguiendo las bases y criterios del budismo y cada una de sus partes simboliza un elemento cósmico. La base cuadrada representa la tierra. La bóveda hemisférica describe la parte celestial. La terraza simboliza la residencia de los dioses. La luna creciente es la unión del cielo y de la tierra. Y por último, los chakras o discos que coronan el mástil y, que a medida que ganan altura, pierden superficie, representan los cielos sucesivos.
Se dice que llegar hasta ella trae paz y tranquilidad, pero también bienestar económico, social y espiritual. De hecho, los budistas que llegan a la Stupa realizan una particular ceremonia para extraer todos los beneficios del templo. Nada más llegar hacen tres postraciones de saludo, luego dan al menos tres vueltas alrededor de la Stupa siempre en el sentido de las adujes del reloj y recitando algún mantra. Para aquellos que no profesan el budismo, pueden adoptar algún rezo de su religión.
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