El chiringuito de Málaga que vende más de mil espetos diarios en el barrio de El Palo: ¡por sólo 2 euros!

Un restaurante familiar, con buen producto y cocina honesta, así se podría definir sin errar ni una palabra a uno de los chiringuitos que más espetos vende de toda Málaga cada verano: el restaurante Narval. Ubicado en calle Banda del Mar, en la barriada de El Palo de Málaga capital, es una marisquería de esas de toda la vida donde los precios son más que asequibles y el espeto vuela, y es normal teniendo en cuenta su precio: ¡sólo 2 euros!

Así lo presentan dos de los influencer más conocidos en términos gastronómicos, Clara y Jose, de @malagadictos, que no dudan en afirmar que "este es uno de los chiringuitos que más espetos vende de toda Málaga". Desde el restaurante Narval reconoce que deben estar entre los primeros sin ningún tipo de duda, "los segundos o los terceros", se les escucha. Afirman que un buen día de verano llega a vender entre 1.000 ó 1.050 espetos al día.

"En El palo es difícil fallar", comentan los creadores de contenido gastronómicos, que hilan muy fino hablando del barrio marinero por excelencia de la capital, donde los precios son más competitivos, especialmente en lo relativo a espetos, casi siempre a 2 euros en la mayoría de chiringuitos. Cabe destacar que Narval, liderado por su dueño, Manuel Belmonte, ya tuvo su reconocimiento por parte del público en 2022, cuando salió victorioso en la V Ruta del Espeto de Málaga.

Pero en Narval los espetos no es lo único que brilla. Su carta, completamente marinera y donde dan mucho que hablar los arroces, es también más que benévola con el bolsillo. Sus raciones rondan los 7 y 8 euros y es fácil terminar de comer, hacer cuentas y no llevarse un susto. "Fuimos cuatro personas y no llegamos a 20 euros cada uno", comentan Clara y Jose, más que satisfechos con Narval, al que califican como un chiringuito con la triple 'B': "Bueno, bonito y barato".

Narval es sin duda uno de los grandes atractivos del paseo marítimo paleño, de esos sitios en los que se recomienda acudir con tiempo para encontrar sitio entre sus mesas, donde la fritura es justa y los espetos hablan por sí solos, tanto en precio como en sabor, resultado no solo del buen hacer de los espeteros, sino también sinónimo de buen producto.