Nadie se resiste a esta ruta de ventas en los Montes de Málaga y que la Guía Repsol avala

Con la llegada del otoño, cuando el aire se vuelve más fresco y los días se acortan, en Málaga emerge una tradición que va más allá del simple placer de comer: subir a los Montes de Málaga para disfrutar de su gastronomía más auténtica. En este entorno natural, donde el paisaje de pinos y colinas envuelve cada curva de la carretera A-7000, se esconden ventas tradicionales que son todo un símbolo de la cultura culinaria malagueña.

La Guía Repsol ha recorrido esta conocida carretera de montaña para destacar algunas de las mejores ventas de la zona, donde los sabores de antaño y la cocina de cuchara cobran protagonismo. Este itinerario gastronómico no solo es un homenaje a los platos más emblemáticos de Málaga, sino también un recorrido por la identidad de una tierra que ha sabido mantener viva su tradición rural.

El Parque Natural Montes de Málaga es mucho más que un pulmón verde junto a la capital. En sus laderas se conservan costumbres que han perdurado generación tras generación. Las ventas, esas casas de comida de ambiente rústico y mesas de madera, son un punto de encuentro entre el paisaje y la gastronomía local.

A lo largo de la carretera A-7000, conocida también como carretera de Colmenar, se suceden establecimientos donde el Plato de los Montes, las migas o los guisos de cuchara se convierten en los verdaderos protagonistas. La Guía Repsol ha querido poner en valor este recorrido, avalando una selección de ventas que representan la esencia del buen comer malagueño.

Venta Carlos del Mirador y Venta Los Montes

Unos metros más abajo, en el kilómetro 554, se encuentra la Venta Carlos del Mirador, otro de los establecimientos recomendados por la Guía Repsol. Su carta combina la contundencia de los platos de montaña con pescados frescos, una rareza en estas latitudes, que amplía las posibilidades gastronómicas para quienes buscan algo diferente sin salir del entorno rural.

Muy cerca, la Venta Los Montes, en el kilómetro 555, se ha convertido en parada habitual para los ciclistas que recorren esta carretera. Su ambiente acogedor y su propuesta de cocina tradicional, con platos caseros y productos locales, la han hecho célebre entre quienes combinan deporte y buena mesa.

El Mijeño y El Boticario

Más adelante, en el kilómetro 20 de la carretera de Colmenar, se encuentran dos clásicos de la gastronomía serrana: El Mijeño y ElBoticario. Ambos locales son un homenaje a la cocina tradicional de cuchara, perfecta para los meses más fríos del año.

En El Boticario, los callos, el puchero, la berza malagueña y la sopa de mariscos representan el alma de la cocina popular. No faltan tampoco las migas con chorizo y panceta o el infaltable Plato de los Montes, que mantiene viva la identidad gastronómica del lugar. Estas ventas son un ejemplo de cómo la cocina rural continúa siendo un referente para quienes buscan autenticidad en los Montes de Málaga.

Venta Puerto del León y Venta Galwey

La Venta Puerto del León, situada en el kilómetro 14,5 de la A-7000, es otro de los rincones que la Guía Repsol destaca por su sabor y su historia. Aquí, la berza malagueña es la estrella, aunque también destacan platos como el chivo en salsa de almendras, una receta emblemática de la cocina local. El flan de chirimoya, entre los postres más reconocidos, aporta un toque dulce e inesperado al final del menú.

Casi al final de la ruta, en el kilómetro 547, se alza la Venta Galwey, un establecimiento que podría considerarse un pequeño museo etnográfico. En sus paredes cuelgan antiguos utensilios rurales, radios, ollas de barro y aperos de labranza que evocan la vida de campo de antaño. En su carta destacan las migas, el magro con tomate, la carne mechada, el jabalí en salsa y los tradicionales potajes, además del siempre presente Plato de los Montes.