Navidad en Málaga es sinónimo a churros con chocolate: bares y cafeterías en las que hacer cola y disfrutar

La llegada del invierno y de las fiestas navideñas transforma los hábitos cotidianos en la provincia de Málaga. Con el descenso de las temperaturas y los días marcados por un ambiente más húmedo, los productos calientes ganan protagonismo en las mesas y barras de la ciudad. En ese escenario, los churros con chocolate en Málaga se consolidan como uno de los grandes rituales gastronómicos de la Navidad, una costumbre profundamente arraigada que reúne a vecinos y visitantes en cafeterías y churrerías históricas.

Durante estas fechas, el mapa gastronómico malagueño se llena de establecimientos donde la espera forma parte de la experiencia. Churros, porras, tejeringos, versiones rellenas o propuestas más innovadoras conviven en una tradición que se mantiene viva y en constante evolución. Entre las variedades más reconocibles destaca el tejeringo, una especialidad muy ligada a Málaga. Su forma circular y su elaboración manual con jeringa forman parte de un saber tradicional que aún se conserva en varias churrerías. La masa, más líquida que la de las porras, permite una fritura que da como resultado un producto crujiente por fuera y esponjoso por dentro.

Churrerías clásicas del centro histórico de Málaga

El centro de Málaga concentra algunos de los establecimientos más reconocidos. Casa Aranda, con más de 80 años de trayectoria, es una de las referencias indiscutibles. Sus porras y churros forman parte del paisaje cotidiano de calles como Herrería del Rey o Santos, donde el precio unitario y el chocolate caliente mantienen una línea clásica y reconocible.

Otro nombre habitual es La Malagueña, situada en la calle Sebastián Souviron. Sus tejeringos artesanales, elaborados a diario, han convertido este local en uno de los puntos donde es habitual encontrar cola durante los meses de invierno. La textura esponjosa del interior y el crujiente exterior definen un producto que forma parte de la memoria gastronómica local. Es, además, el lugar favorito para desayunar de una Estrella Michelin.

En la calle Calderería, Café Madrid aporta otra variante con sus churros en forma de lazo, menos grasos y con una presencia constante en el día a día del centro histórico.

Innovación y nuevas formas de entender el churro

La tradición convive con propuestas más actuales. En la CafeteríaKivi, ubicada en la avenida Jane Bowles, los tejeringos se acompañan de una amplia variedad de salsas y complementos dulces, ampliando el concepto clásico hacia una experiencia más visual y golosa.

La innovación alcanza también a formatos singulares como el churrocata, una fusión entre bocadillo y churro que se sirve en la Churrocatería de Puerto de la Torre, mostrando cómo este producto tradicional sigue adaptándose a nuevos hábitos de consumo.

Churros para todos: opciones sin gluten y rellenos

La oferta se amplía para dar cabida a distintas necesidades alimentarias. En PasteleroReal, situado en la calle Babel, se elaboran churros sin gluten que destacan por su textura esponjosa y su ligereza, permitiendo que personas celíacas también formen parte de esta tradición navideña.

Por otro lado, locales como BellasDurmientes, en la Carretera de Cádiz, apuestan por churros rellenos de sabores como kinder, pistacho o turrón, incorporando ingredientes asociados directamente a la Navidad.

Una tradición que se extiende por la provincia

Más allá de la capital, los churros con chocolate también protagonizan la Navidad en otros puntos de la provincia. En Marbella, churrerías como Ramón o Churrería Marbella mantienen viva esta costumbre en enclaves tan emblemáticos como la Plaza de los Naranjos o la Plaza de la Victoria.

En Ronda, la ChurreríaAlba continúa desde 1945 elaborando ruedas de churros con masa madre, mientras que en Ojén, Er Mojaíto sorprende con su singular tradición de churros mojados en agua con sal, una práctica que ha convertido al establecimiento en un referente singular.

En Antequera, Café A la Fuerza mantiene la elaboración manual de tejeringos con jeringa, reforzando la conexión entre desayuno, invierno y tradición.