El pueblo de Málaga en el que descansó Alfonso XI 'El Justiciero' por lo refrescante de sus calles
Cuevas del Becerro es uno de los pueblos más frescos de Málaga por su manantiales y fuentes
Durante la campaña militar de Alfonso XI, este pueblo fue descanso antes de su batalla en Ronda
Los dos pueblos de Málaga que deben su nombre a un animal y la historia que hay detrás
En el corazón del interior malagueño, Cuevas del Becerro emerge como una localidad de raíces mozárabes y alma serrana. Asentado sobre un promontorio en la comarca del Guadalteba, este pequeño municipio se presenta como la puerta norte de acceso a la Serranía de Ronda. Su estratégica ubicación, su riqueza natural y su legado histórico lo convierten en uno de los enclaves con mayor identidad del interior de la provincia de Málaga.
Flanqueado por la sierra de Vijan, el cerro de los Tercios y el cauce del río de las Cuevas, el entorno de Cuevas del Becerro combina montañas, valles y manantiales. Entre sus parajes más singulares, destaca la zona del Nacimiento, donde el agua brota con fuerza desde un promontorio rocoso, creando un espectáculo natural de gran belleza, especialmente en otoño, cuando "rompe" el manantial. Desde este punto, el río Cuevas atraviesa el municipio hasta desembocar en el río Guadalteba.
Cuevas del Becerro no sólo seduce por su entorno paisajístico. La localidad también forma parte de la historia de la península. En el año 1330, durante la segunda campaña militar de Alfonso XI contra el reino nazarí de Granada, el monarca descansó en esta villa antes de emprender el asalto a Ronda. El lugar elegido por el rey para su reposo fue la Fuente del Nacimiento, un conjunto hidráulico compuesto por canales, caños y aljibes que desde entonces forma parte del patrimonio histórico del municipio.
Este episodio quedó grabado en la memoria colectiva del pueblo y contribuyó a reforzar su papel estratégico como paso natural entre Ronda y Antequera. Durante esa misma ofensiva cristiana, Alfonso XI conquistó también otras localidades de la zona como Teba, Ardales, Priego y Cañete.
Un entorno modelado por el agua y el tiempo
El agua ha sido siempre un elemento esencial en la vida cotidiana de Cuevas del Becerro. La localidad está salpicada de fuentes que han abastecido a sus habitantes durante generaciones: la Fuente del Pilar, la de la Puerta del Sol, la del Patio, la de Gertrudis o la de Tierno Galván son solo algunos ejemplos de este patrimonio hidráulico vivo.
Además, el pueblo conserva estructuras tradicionales ligadas al uso del agua, como los antiguos molinos harineros y las eras donde se trillaban los cereales. A poca distancia del casco urbano se encuentran también parajes populares como Los Resbalaeros, formaciones rocosas utilizadas como toboganes por generaciones de niños, o el mirador de los molinos, que ofrece una panorámica del entorno natural del municipio.
Un pasado que se remonta a la prehistoria
Los hallazgos arqueológicos en las inmediaciones de Cuevas del Becerro dan fe de su prolongada ocupación humana. En las laderas del Cerro del Castillón, cerca de la Fuente del Zorro y en el Cerro de las Palomas, se han encontrado restos prehistóricos que evidencian asentamientos desde épocas muy tempranas.
A ello se suman los vestigios romanos, como los descubiertos en el yacimiento de Las Casas de las Viñas, junto al actual campo de fútbol. Allí se conservan restos de una antigua almazara y un complejo alfarero de época imperial, con hornos romanos aún intactos. También se han hallado teselas, cerámicas, estucos y monedas, que permiten reconstruir la importancia de este enclave durante la dominación romana.
Monumentos, leyendas y un nombre con historia
Entre los principales edificios del municipio destaca la iglesia de San Antonio Abad, ubicada en la calle Real. Construida a principios del siglo XX, su interior alberga un altar con tres arcos de medio punto y un conjunto escultórico en el que sobresale la imagen de San Antonio, acompañado por dos becerros a sus pies.
Sobre el origen del nombre del pueblo existen dos leyendas populares. Una sugiere que se encontró un becerro de oro en una de las cuevas cercanas. La otra relata que una cría de buey quedó atrapada en una gruta y fue hallada gracias a sus mugidos. En ambas versiones, el animal —real o mítico— se convierte en símbolo identitario del lugar. La tradición también cuenta que los ganaderos llevaban a sus vacas a las cuevas donde habitaba un becerro semental, lo que refuerza el carácter ganadero de la zona.
Cómo llegar a Cuevas del Becerro
Cuevas del Becerro se sitúa a 84 kilómetros de Málaga capital. El trayecto en coche dura aproximadamente una hora y cuarto. El acceso más directo es a través de la A-357 en dirección a Campillos, enlazando posteriormente con la A-367 hasta llegar a la calle Andalucía, en pleno centro del municipio.
Este rincón de la provincia malagueña, escondido entre sierras y manantiales, ofrece una experiencia diferente a quienes buscan conocer el legado rural, histórico y natural de Málaga más allá de la costa. Un pueblo que fue testigo del paso de reyes y civilizaciones, y que aún hoy conserva el frescor y la calma que sedujeron a Alfonso XI.
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