El litoral malagueño cuenta con numerosas playas que tienen el distintivo de la bandera azul como signo de calidad de las instalaciones alrededor de estas zonas de costa, pero en la provincia de Málaga también hay otra zona de baño que está a poco más de 60 kilómetros del mar. Se trata de la playa de Ardales, uno de las dos únicas playas en Andalucía que no tienen mar, pero sí el reconocimiento de la bandera azul por sus instalaciones. El otro está en la provincia de Córdoba y es la playa de La Breña en Almodóvar del Río. En el embalse del Conde del Guadalhorce, se asienta la playa de Ardales que no sólo ofrece los servicios para una buena jornada de playa, además de opciones de ocio en torno a los deportes de agua, también está en un punto de la geografía andaluza en el que se pueden visitar bastantes lugares que impresionan y suponen opciones únicas para un plan en el que la playa forma parte del ocio.

La playa de Ardales está preparada para evadirse con diferentes tipos de atracciones acuáticas que incluyen hidropedales, kayaks o rutas acuáticas guiadas por el pantano. También hay zonas reservadas para comer entre los pinos que rodean el espacio y bastantes rutas naturales en las que poder disfrutar de los paisajes que brinda un entorno como el que acoge el Caminito del Rey. El particular trazado en el desfiladero y el cañón que el Guadalhorce provoca en este punto está muy cerca de la playa de Ardales, pero no es lo único que visitar en un día de playa lejos del Mediterráneo. Además, en torno a estos lugares hay gran cantidad de alojamientos de diferente tipo que permiten plantearse una estancia de uno o varios días para conocer un poco más y completar un periodo de asueto adecuado para disfrutar de los parajes y opciones que ofrecen en profundidad. 

Cueva de Ardales

El propio pueblo de Ardales, que también cuenta con un espacio para campers y caravanas, es un buen sitio para disfrutar del patrimonio histórico del municipio y ce la Cueva de Ardales. Una de las cuevas más espectaculares de la provincia malagueña en la que se pueden recorrer kilómetros de galerías que protagonizan parte de los estudios antropológicos más reseñables de los que se realizan en el Sur de Europa. Un punto patrimonial que se frecuenta desde hace varios siglos cuando Trinidad Grund la puso en valor. Lo cierto es que si se decide visitar en la misma jornada que la playa del pantano del Guadalhorce, el contraste de paisajes será espectacular. En la impresionante cavidad se han datado pinturas de neandertales (más de 60.000 años de antigüedad) que confirman que los antecesores del homo sapiens pensaban en el futuro y tenían más recorrido intelectual del que habitualmente les otorgaba la ciencia. Es un lugar muy importante en los estudios de los habitantes de la península ibérica en el pasado y no sólo hay restos del paleolítico, también del periodo neolítico. Además, los trabajos en ella han ido datando la presencia continua de humanos en el paraje excepto en un lapso de 7.000 años en los que se cree que el entorno cambió y los humanos emigraron un poco más al norte para volver tiempo después. Aunque su valor académico es incalculable, la visión de la propia cueva es espectacular en sí misma aún sin tener los datos que expliquen su historia y formación. Está a unos diez kilómetros de la playa de Ardales. Con esa distancia como referencia, hay muchísimas cosas que ver en torno a la playa.

El Caminito del Rey

Está justo al lado de la zona playera en el embalse del Conde del Guadalhorce. Es uno de los sitios más conocidos y visitados en los últimos años en la provincia malagueña y tiene argumentos de sobra para ello. Su espectacularidad y las características que lo hacen una atracción única son de sobra conocidas: una pasarela peatonal adosada a las paredes de roca que permite pasear por el interior de un cañón natural, cruzarlo y disfrutar de un paisaje y una sensación únicas. En su trazado hay partes de la pasarela con muy poca anchura y desde las últimas remodelaciones, la seguridad y la experiencia de usuario son dos puntos clave que se han reforzado. Además, tiene uno de los dos puentes colgantes más grandes de la provincia, otro aliciente para quienes quieran descubrir la naturaleza desde puntos e vista casi inverosímiles.

El Chorro y Bobastro

El entorno de El Chorro, junto al embalse y la presa del Tajo de La Encantada, también es un sitio visitable a menos de diez kilómetros que provoca sensaciones y experiencias por habituales en la vida urbana. La particular geografía de esta parte de la provincia de Málaga provoca que las abundantes zonas de senderismo en torno a estos espacios puedan presumir de paisajes y fotografías únicas. Puntos como la denominada escalera árabe son enclaves que merece la pena visitar para tener referencias del lugar menos conocidas que las habituales postales. Además, es una de las zonas con atractivo para los amantes de la escalada de alto nivel. 

En estos mismos parajes se encuentra el monumental yacimiento histórico de Bobastro. Una ciudad que fue el centro de la rebelión de gran parte de lo que hoy es Andalucía contra Abderramán III. La historia de Omar ibn Hafsún es épica. Ibn Hafsún fue el protagonista de una de las mayores crisis de gobierno para los Omeya y el eco de sus peripecias resuena especialmente en esta parte de la provincia. Las ruinas de esta ciudad, con una basílica mozárabe, necrópolis y otras construcciones que aún perviven son un viaje al pasado que merece la pena realizar. 

Estas opciones son sólo parte de los planes con los que se puede acompañar un día de playa de calidad pero lejos del mar, una posibilidad que se da a partir del entorno de la playa de Ardales y que se puede disfrutar especialmente en los meses calurosos y en los días entresemana que tiene una menor afluencia de público. Estos entornos naturales son de alto valor ecológico y en los periodos de sequía es imprescindible extremar las precauciones en todos los sentidos, pero con especial atención a los desechos y los descuidos que puedan ocasionar incendios.