Este es uno de los pueblos de Málaga al que mejor le sienta el otoño: sus calles rebosan arte y sus vistas regalan un bosque interminable

En el corazón del Valle del Genal, rodeado por los paisajes de la Serranía de Ronda, se encuentra Genalguacil, un pueblo blanco que se ha consolidado como uno de los enclaves más singulares de la provincia de Málaga. Conocido como 'el pueblo museo', ha logrado reinventarse para convertirse en un referente internacional del arte contemporáneo al aire libre, sin perder su identidad tradicional andaluza. Su fusión de cultura, patrimonio histórico y naturaleza lo sitúa como uno de los destinos más distintivos del interior malagueño.

Desde 1994, los Encuentros de Arte del Valle del Genal han transformado la fisonomía de Genalguacil. Este evento bienal reúne a artistas de todo el mundo que, tras su estancia en el municipio, dejan sus obras para enriquecer el espacio público. Esculturas, instalaciones y murales permanecen en calles y plazas, generando un recorrido artístico permanente. Hoy, con más de 200 piezas repartidas entre apenas 400 habitantes, Genalguacil ostenta una de las mayores densidades de arte urbano en España.

A este legado se suma la Semana Cultural Arte Vivo Genalguacil, nacida en 2011 para promover la interacción entre artistas y vecinos. Además, el Museo de Arte Contemporáneo Fernando Centeno López, inaugurado en 2004, conserva parte de las creaciones realizadas durante los Encuentros de Arte y refuerza la identidad cultural del pueblo.

Patrimonio histórico y tradición andaluza

El carácter artístico de Genalguacil convive con su valioso patrimonio histórico. En el centro del municipio se alza la Iglesia de San Pedro Mártir de Verona, construida entre los siglos XVI y XVII. Este templo, de estilo barroco con elementos mudéjares, constituye uno de los ejemplos más destacados del legado arquitectónico de la Serranía de Ronda. Su fachada blanca y su integración con las casas encaladas refuerzan la imagen tradicional andaluza que define al pueblo.

Junto a sus calles empedradas y fachadas uniformes, el municipio conserva tradiciones culinarias y festivas que lo vinculan a la memoria colectiva del Valle del Genal, especialmente en otoño, cuando la castaña y los productos locales se convierten en protagonistas de su gastronomía.

Naturaleza y panorámicas del Valle del Genal

Las calles de Genalguacil desembocan en miradores naturales desde los que se contemplan los bosques del Valle del Genal. Este mar verde, formado en gran parte por castañares, se transforma en otoño en el llamado Bosque de Cobre, un espectáculo cromático único en Andalucía. El contraste entre las copas ocres y doradas y el cielo azul de la Serranía de Ronda convierte el paisaje en un escenario privilegiado para la fotografía y la contemplación.

La ruta entre Jubrique y Genalguacil

Una de las experiencias más destacadas para quienes visitan esta zona es la ruta homologada PR-A-241, que une Jubrique con Genalguacil. El sendero, de aproximadamente 10 kilómetros (ida y vuelta), está bien señalizado y atraviesa el ríoMonardilla, afluente del Genal, antes de ascender por un carril de tierra entre castaños centenarios.

Durante los meses otoñales, especialmente en la segunda quincena de noviembre, el recorrido se adentra de lleno en el Bosque de Cobre, con un espectáculo de hojas y colores otoñales que acompañan todo el trayecto hasta llegar a las primeras esculturas del pueblo museo. El itinerario puede realizarse en ambos sentidos: partiendo de Jubrique por la calle García Lorca o desde Genalguacil, en la calle Castañares.

Además de su valor paisajístico, esta ruta conecta dos de los municipios más singulares de la Serranía de Ronda, mostrando la biodiversidad del Valle del Genal y la Sierra Bermeja, considerados auténticos vergeles de la provincia de Málaga por su clima suave y su riqueza natural.

Gastronomía con sabor de otoño

La cocina local completa la experiencia. En Genalguacil y Jubrique es posible encontrar restaurantes y bares que ofrecen platos tradicionales de la Serranía de Ronda elaborados con ingredientes de temporada. En esta época del año destacan las recetas a base de castañas, como la sopa o el flan de castaña, junto a guisos de tagarninas y dulces artesanos con almendras y miel. Estas elaboraciones, transmitidas de generación en generación, refuerzan el vínculo entre la gastronomía y el paisaje.