CHARMAINE ARBOUIN | CÓNSUL DE REINO UNIDO EN ANDALUCÍA, CANARIAS, CEUTA Y MELILLA

“Divorciarte siempre es triste, da igual las razones”

  • La cónsul afirma que muchos británicos que tenían en sus planes de futuro la Costa del Sol se han adelantado

  • Incide en la importancia de registrarse antes de 2021

Charmaine Arbouin en la sede del consulado británico en Málaga.

Charmaine Arbouin en la sede del consulado británico en Málaga. / JAVIER ALBIÑANA

Hace dos semanas que Charmaine Arbouin no es europea pero todavía habla como si lo fuera. La cónsul británica en Málaga transmite cercanía y logra que su postura, siempre políticamente correcta, no se vea como rígida. A ello ayuda su acento andaluz, mezclado con una suave dicción de vocablos ingleses. Curiosamente, en la conversación, la palabra que más denota su origen es “europeo”. “Divorciarte es siempre triste, da igual las razones”, asegura con una nostalgia cubierta de esperanza por que en los próximos meses se alcance un acuerdo que no haga daño a nadie. Siempre está la posibilidad de que haya quien se ponga “chulo”, ironiza. No oculta la preocupación y la confusión que ve razonable que sientan los casi 50.000 británicos registrados en la Costa del Sol. Muchos guardaron hasta finales de año la esperanza de que el “divorcio” no se efectuara pero no fue así. Pese a todo, asegura que la relación entre España y Reino unido es previa a la Unión que, en un futuro, “todo es posible”.

¿Qué sintió el pasado 31 de enero?

Por un lado, un poco de tristeza. Yo, como muchas otras personas, hemos vivido siempre como parte de la Unión Europea y después de cuarenta y tantos años.... Es como estar casado; divorciarte siempre es triste, da igual las razones. Al final, las cosas van a cambiar. Las personas somos reacias a los cambios, nos gusta lo que conocemos. Es normal que un cambio provoque sensaciones desagradables pero lo positivo de la situación es que la salida está siendo ordenada. Para los ciudadanos, saber cuáles son sus responsabilidades y sus derechos es muy importante.

¿Qué cambió esa noche?

Al menos, ahora sabemos dónde vamos, tenemos más certeza que antes porque uno de los problemas más importantes durante estos meses ha sido la incertidumbre de no saber si habría o no acuerdo. Ha sido muy confuso pero ahora, al menos, ha pasado la fecha y tenemos acuerdo de retirada.

¿Y en cuanto a lo tangible? ¿Cómo ha cambiado la vida de un británico en Málaga desde entonces?

Realmente ha cambiado muy poco, es más la sensación de no ser europeo. Es muy extraño. Muchos de los que británicos que están aquí han venido de forma muy premeditada, pensando la distancia entre los países, nuestras cosas en común, las conexiones aéreas diarias, las libertad de movimiento... De repente, encontrar que esto ha cambiado es extraño. Estamos en la parte transitoria, desde aquí empezamos a hablar del futuro.

Y, por el momento, hay pocas garantías...

Hasta la fecha, no sabemos qué va a pasar. Sabemos que quienes están aquí, si están registrados, tienen ciertas garantías, saben qué puede o no hacer. La mayoría de los británicos de la Costa del Sol son jubilados, gente que vive de su pensión. Para ellos, saber que tienen el derecho de volver a Reino Unido y volver las veces que quieran, que mantienen sus pensiones y que van a aumentar cada año, que van a seguir con cobertura sanitaria es muy importante.

Bueno, siempre que estén registrados o empadronados.

Llevamos mucho tiempo insistiendo en la importancia de registrarse y empadronarse, que son dos cosas diferentes. Es importante empadronarte, porque es la fórmula de que tus impuestos vayan a las Administraciones que aquí provén de los servicios públicos. Pero lo más importante es registrarse, en la Policía o en Extranjería, y conseguir el papel verde como ciudadano de la UE, aunque ya no lo somos. Eso es la garantía que necesitan para beneficiarse del acuerdo de retirada, la gente tiene hasta finales de diciembre para hacerlo y lo mejor es hacerlo cuanto antes para evitar que al final del año se acumule todo. Tenemos un periodo de casi un año y la gente tiene que ponerse las pilas, con eso tienen seguridad, sin eso, no lo sabemos.

Hay muchos británicos viviendo en Málaga que no están registrados ni empadronados, ¿se podría entender como un fraude?

Lo tenemos muy claro: si estás más de 90 días y España es tu residencia principal, tienes la responsabilidad de registrarte, no hay margen de duda, es la ley y la gente tiene que respetarla. Hay muchos que no lo hacen, es cierto, y hay muchas razones. Hay quien no sabe que tiene que hacerlo, y es cierto que hasta estando en la UE no había esa obligación, también habrá quien no lo haga porque tiene algo que esconder, otros porque tienen miedo de pagar impuestos, a veces por fraude y a veces porque lo pagan en Reino Unido y no saben que hay un acuerdo bilateral, y están los golondrinos, que solo vienen en invierno y no lo identifican como su residencia principal y no lo ven importante, es su segunda casa, sus vacaciones de larga duración.

¿Qué va a pasar con ellos?

Los golondrinos son el grupo que lo tienen menos claro. No sabemos qué pasará. Pensamos que van a tener el derecho de pasar aquí 90 días cada 180, quizá para algunos es suficiente pero para otros no, quieren pasar los cuatro o cinco meses de invierno y parece que eso no va a ser posible. Es posible que entre hoy y diciembre lleguemos a un acuerdo para poner las cosas más claras a esta gente.

Charmaine Arbouin Charmaine Arbouin

Charmaine Arbouin / Javier Albiñana

En resumen, lo que viven permanentemente lo tienen fácil pero los que vienen por temporadas o los que se plantean venir, lo van a tener más complicado.

Lo realmente difícil viene para las personas que vendrán a partir del día 1 de enero de 2021, porque su situación se negociará a lo largo de este año. Podemos pensar que tendrán los mismo derechos que los ciudadanos de terceros países pero realmente no sabemos qué puede pasar. Hay mucha gente que tiene miedo de que los británicos no sigan llegando a la Costa del Sol, que van a dejar de invertir aquí, pero lo que hemos visto es que hay muchos británicos que pensaban venir dentro de, quizá, cinco años, y se han adelantado, han decido aprovechar las protecciones que da llegar antes del día 31 de diciembre antes de esperar.

¿Cómo ser han vivido las últimas semanas desde el consulado?

No tenemos los datos cuantificados pero sabemos que, por ejemplo, en Canarias, en 2018 el número de británicos registrados era 25.000 y ahora supera los 39.000. Eso no quiere decir que haya más que antes sino que se están registrando. Para nosotros, una de las dificultades ha sido empezar pensando que íbamos a tener un acuerdo de retirada, después ir viendo cómo las fechas pasaban y no saber si habría o no acuerdo. En cada fase, hemos cambiado el mensaje. Ha producido bastante confusión en la población y ha provocado que la gente pensara que quizá, al final, no sucedería.

¿Hubo mucha gente que tenía la esperanza de que no prosperara?

Claro, muchas personas pensaban que nunca iba a ocurrir aunque a partir de las elecciones, con la mayoría contundente del gobierno, se hizo evidente que íbamos a salir y que el Brexit no tenía paso atrás. La gente se está dando cuenta ahora de que hemos salido y ahora tienen hasta diciembre para poner sus documentos en orden. Hay mucha confusión, preocupaciones, pero intentamos transmitir un mensaje de tranquilidad, hay tiempo y las autoridades españolas están por la labor.

–¿Qué parte tiene más que perder en Brexit?

Es difícil. Lo más importante es mirar hacia el futuro e intentar mitigar los riesgos que hay, estamos en una situación delicada en cuanto al futuro y lo más importante es que los dos lados, la UE y Reino Unido, intenten negociar en buena fe para llegar a un acuerdo que no haga daño ni a unos ni a otros. Eso es muy difícil porque siempre está la posibilidad de ponerlos chulos pero hay 10 meses para lograrlo. No vale la pena pensar en quién va a sufrir sino mirar hacia el futuro y evitar problemas.

Lo que está claro es que las cosas van a cambiar.

Que las cosas van a cambiar es evidente. Lo que tenemos que intentar es que las cosas cambien de forma ordenada, que no sea todo un caos. Al final, estamos saliendo de la UE pero eso no quiere decir que salgamos de Europa, Reino Unido sigue estando físicamente donde está pero vale la pena reflexionar sobre los vínculos históricos que tenemos. La historia de Reino Unido con España es previa a la Unión Europea, hemos tenido el trato y lo seguiremos teniendo, de otra forma, pero se mantendrá.

¿Imagina a los británicos votando de nuevo para volver a la UE?

Creo que ahora nadie está en eso. Hay que terminar con lo que hemos empezado. Es evidente que hay gente que ha cambiado de postura, de un lado y de otro. El referéndum no dejó una mayoría amplia e incuestionable, pero esto no tiene tanta importancia ahora, no se va a producir en el futuro inmediato.

Los jóvenes, que de cierta forma marcarán el futuro, votaron mayoritariamente por el remain. ¿Eso deja abierta la puerta a volver?

Todo es posible y ellos dicen que son los que más tienen que perder porque el mundo ha cambiado mucho. No quiero decirle a mis hijos, que nacieron y estudiaron aquí aunque se marcharon a la universidad de Reino Unido, que no podrán volver, aunque sí va a ser más difícil.

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