Málaga

Desescalada Málaga: Sanitarios metidos a detectives

  • Epidemiólogos, médicos y enfermeros de Atención Primaria rastrean los contactos de los nuevos casos para atajar la expansión del coronavirus

Una sanitaria realiza un test a una persona.

Una sanitaria realiza un test a una persona. / M. H.

Son sanitarios, pero tienen que hacer una labor casi de detectives. Ahora en la desescalada, epidemiólogos, enfermeros y médicos de atención primaria deben detectar los nuevos casos de coronavirus de forma muy precoz para aislarlos y atajar su expansión. Y a partir de ahí, tienen que iniciar las pesquisas para dar con todos sus contactos –sean familiares, amigos, compañeros de trabajo o desconocidos con los que hayan interactuado– a fin de poner a estos en cuarentena por si se hubieran contagiado.

“Nuestro reto es controlar la transmisión para reducirla a fin de que no haya un rebrote que colapse el sistema sanitario”, explica la epidemióloga del Distrito Sanitario Málaga-Valle del Guadalhorce Mariángeles Fernández. Es una labor de salud pública que se realiza en forma conjunta entre estos especialistas y los sanitarios de los centros de salud.

No es un trabajo nuevo. Se hace cada vez que hay un brote de paperas, de tuberculosis, meningitis u otras enfermedades contagiosas. Pero no se conoce mucho porque es una tarea tan discreta como clave para la salud de la comunidad. Pero el desafío ahora es muchísimo mayor porque: no hay vacunas, apenas el 4,4% de la población malagueña tiene anticuerpos contra el Covid y hay casos no en un colegio o en un pueblo, sino en todo el planeta.

Además, con la desescalada, el contacto de una persona infectada –a la hora de dibujar la red de posibles contagiados para su cuarentena– no es solo la pareja o el compañero de trabajo, sino también aquellos desconocidos con los que interactuó en el transporte público, en un centro de ocio, en un establecimiento comercial...

La epidemióloga explica que ahora el reto es “ser muy hábiles” en identificar los nuevos casos y sus contactos. Todos los sanitarios de los centros de salud se convierten por lo tanto en rastreadores, detectives asistenciales contra el coronavirus. Ante un cuadro clínico sospechoso de esta infección se toman tres medidas:aislar al paciente, realizar una PCR para saber si tiene el virus activo y poner en cuarentena a sus contactos domiciliarios. Esta prueba tarda de 24 a 48 horas.

La mayor movilidad hace más complejo el rastreo de los contactos de una persona contagiada

En caso de que sea positiva y confirme que la persona ha contraído la enfermedad, se procede entonces a una encuesta con sus contactos más estrechos. Se mantiene el aislamiento del paciente y la cuarentena de quienes vivan con él durante 14 días. Aquí, además de sanitarios y detectives, los profesionales de atención primaria tienen que hacer de docentes, explicando muy bien a la familia cómo debe ser el aislamiento respiratorio y qué medidas seguir para que no haya contagios de puertas para adentro. Porque conviven con una persona infectada...

A veces, si el aislamiento es más complicado por las condiciones de la vivienda o por la vulnerabilidad de los integrantes de la familia, la cuarentena tiene que alargarse. Fernández reconoce que hay circunstancias –por ejemplo cuando hay personas mayores– que entrañan más complejidad. Además, porque hay que ser muy rigurosos en la higiene, la toma de temperatura y otros cuidados. Los médicos y enfermeros de los centros de salud deben hacer el seguimiento de los casos, de sus familiares y de sus contactos.

En la red de rastreadores están todos los sanitarios de atención primaria del Distrito Málaga-Valle del Guadalhorce y sus tres epidemiólogos, que han sido reforzados con otros tres profesionales más. La epidemióloga explica que mientras la movilidad estaba reducida, ese rastreo era más fácil. Pero que a medida que se va cambiando de fase y se va abriendo la posibilidad de desplazamiento de los individuos –a una tienda, al trabajo, a un bar– las pesquisas se vuelven más complejas porque es más difícil encontrar el origen del contagio y, a su vez, las personas a las que pudo contagiar.

Esta labor detectivesca de los sanitarios es “muy relevante” para la salud pública, que es la de todos. Se hace con discreción, no sale tanto en prensa como cuando semanas atrás los hospitales hacían sitio para más y más infectados de Covid. Pero ahora ese trabajo de la atención primaria y la responsabilidad de los ciudadanos en la desescalada son la clave para que el malo de esta película terror no se salga con la suya.

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