Málaga

I+D+i en la Universidad de Málaga: El lenguaje en la medicina del 1500

  • El grupo CLEFT lleva 15 años estudiando la evolución de la lengua inglesa desde el siglo XIV a través de manuscritos inéditos que alojan tratados de medicina y recetarios

Tratado de orina de MS Rylands 1310.

Tratado de orina de MS Rylands 1310.

HACE ya 15 años que un grupo de investigadores de las universidades de Málaga, Murcia y Oviedo descubrieron un filón para sus estudios sobre la evolución de la lengua inglesa. En textos sobre medicina encontraron un lenguaje alejado de la artificialidad de la literatura y fiel reflejo de la lengua del momento.

Así, comenzaron la búsqueda de manuscritos inéditos en tres bibliotecas de Reino Unido, los digitalizaron y los transcribieron para ponerlos a disposición a través de la web https://modernmss.uma.es de académicos y estudiosos. Llevan más de una treintena de obras estudiadas que no solo sirven al propósito de lingüistas, también al de especialistas en la historia de la medicina o al de interesados en la transmisión de manuscritos.

Durante los primeros siete años recopilaron piezas escritas entre los años 1350 y 1500, lo que corresponde al periodo inglés medio tardío, como explica el investigador principal del grupo CLEFT y catedrático de Filología Inglesa de la UMA, Javier Calle. Posteriormente, han analizado el período del inglés moderno temprano (1500-1700), y acaban de iniciar el estudio del periodo moderno tardío (1700- 1900).

“Estamos compilando un cuerpo de textos de este periodo y lo realmente novedoso es que no son textos cualesquiera, son inéditos, accedemos a un conocimiento nuevo y a un material lingüístico totalmente nuevo”, explica el catedrático. Y considera que “le interesa no solo a especialistas de la historia de la lengua inglesa, también a académicos de la historia de la medicina y a personas expertas en la transmisión de manuscritos”.

En la página web del proyecto ofrecen el manuscrito original digitalizado con su consiguiente transcripción línea por línea. “La letra es muy difícil de leer para los no familiarizados con la paleografía de la época, así que aquí tienen un recurso que le da acceso al contenido, a la medicina y la ciencia del periodo, y también a la lengua de ese momento”, apunta.

Componentes del grupo CLEFT de la Universidad de Málaga. Componentes del grupo CLEFT de la Universidad de Málaga.

Componentes del grupo CLEFT de la Universidad de Málaga.

El equipo, formado en Málaga por Antonio Miranda García, Javier Calle Martín, David Moreno Olalla, Laura Esteban Segura y Jesús Romero Barranco, trabaja fundamentalmente con tres bibliotecas de Reino Unido. Con la de la Universidad de Glasgow, la Wellcome de Londres y la Rylands de Manchester llegaron a un acuerdo para la digitalización de los folios del manuscrito y “nos ceden los derechos para poderlo reproducir de forma gratuita”, comenta el investigador.

En cuanto al tipo de documentos se diferencian en dos tipos, principalmente. Uno de ellos son los tratados especializados, “que tienen ascendencia latina y generalmente se traducían por médicos y cirujanos de la época. Era la fuente primaria de los especialistas de la época, donde estaba el gran saber de la medicina del momento, eran traducciones del latín a lengua vernácula inglesa para uso exclusivo de médicos y cirujanos de ese momento histórico”, apunta el catedrático.

Los recetarios, por su parte, que tenían un uso doméstico. “Toda familia de bien solía tener un recetario para curar las dolencias típicas de la vida diaria, desde un dolor de cabeza hasta el dolor de muelas, pasando por las afecciones de espalda o estómago, entre muchos otras”, indica Calle y asegura que “muchas de estas dolencias se curaban de una forma muy particular”.

Si bien los tratados especializados se basaban en el saber científico de la época, hasta entonces en latín y en menor medida en árabe, los recetarios plasmaban el conocimiento procedente de la tradición popular, un saber que se transmitía de generación en generación.

“Todo este material lo convertimos en un corpus lingüístico, que será usado como fuente primaria para la investigación”, dice el catedrático de la UMA, y señala que “al tratarse de textos inéditos, es un material fresco y de primera mano que representa el lenguaje de la época”.

“Tenemos, por un lado, el lenguaje formal de los tratados especializados y, por otro lado, el lenguaje de los recetarios, de menor complejidad y artificialidad. Son dos registros de gran interés para la investigación lingüística”, desgrana Javier Calle, y sostiene que el periodo 1500-1700 es una etapa crucial de la lengua inglesa, “cuando se culmina la estandarización del inglés en todos sus niveles, desde la escritura hasta la morfología y sintaxis, sin olvidar el vocabulario".

Así que mientras que estos investigadores de la Facultad de Filosofía y Letras de la UMA utilizan este material para estudiar la evolución de la lengua inglesa, otros se interesan por su contenido o su formato. “En los últimos 15 ó 20 años los textos científicos se han convertido en una fuente primaria fundamental para el estudio de la lengua inglesa desde el punto de vista histórico”, apunta Calle.

El corpus final es de un millón y medio de palabras para cada periodo y la idea del grupo es hacer tres componentes de semejante dimensión para poder estudiar el cambio lingüístico desde 1350 hasta 1900.

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