Málaga

Jueves Santo de lleno absoluto en el centro de Málaga

  • El Colegio de Médicos llama a la responsabilidad de ciudadanos y cofradías para evitar las aglomeraciones

  • El día festivo aviva el ambiente en las terrazas

Una camarera atiende las mesas de un establecimiento de hostelería en el centro.

Una camarera atiende las mesas de un establecimiento de hostelería en el centro. / Álvaro Cabrera (Málaga)

Este ha sido un Jueves Santo atípico –como toda esta Semana Santa–, los legionarios no desembarcaron entonando El Novio de la Muerte, no había nazarenos ni imágenes procesionando y las calles no olían a incienso. Pero era Jueves Santo, festivo al fin y al cabo, y fue suficiente excusa para avivar el ambiente en el centro de Málaga. Con un día soleado y temperaturas altas, a las 15:00 una calle Larios más bien despejada y tranquila no reflejaba en este caso el ambiente de las entrañas del centro, que desprendía un murmullo de alegría y celebración que se podía oír desde la Plaza de la Constitución. Solo unos pasos más adelante, apenas se veían un puñado de mesas sin una caña, una tapa o un plato de comida encima.

“Hemos bajado a dar una vuelta, poca cosa, pero por lo menos para que también salieran los niños”, explicaba una pareja a unos conocidos con los que se habían topado. Los otros comentaban que estaban buscando un sitio “sin mucha gente” donde tapear. El lleno era absoluto en las terrazas de la plaza Uncibay, plaza del Siglo y del Carbón, así como en calle Granada y Calderería, por citar algunas, pues el ambiente era el mismo en todos sus aledaños. Frente a algunos establecimientos había clientes esperando su turno.

Asimismo, es justo decir que a simple vista se cumplían los aforos y el número máximo de comensales por mesa, aunque solo los clientes más disciplinados mantenían una vez sentados la mascarilla –único elemento que recordaba el tiempo de pandemia en que estamos–, y para los viandantes guardar la distancia social resultaba complicado en los puntos más estrechos y abarrotados de gente.

También se repitieron las famosas colas que se están dando desde el Domingo de Ramos, y no las de las heladerías, que ayer también congregaron bastante público, sino las que se forman para acceder al interior de los templos y casas hermandad. Aunque esta vez, la agenda cofrade del día desplazó el foco al otro lado del río, donde están la Archicofradía de la Esperanza y la parroquia de Santo Domingo. La fila para entrar a esta última cubría todo el Pasillo de Santo Domingo, y en algunos momentos de la mañana dio la vuelta al edificio del Hotel Ibis.

“Es verdad que hay colas, pero están ordenadas, hay distancias y si se ven grupos grandes es porque vienen juntos. Dentro también está todo muy organizado”, sostenía Juan Fernández al salir de Santo Domingo. “Las aglomeraciones están en los bares, no aquí”, agregó este malagueño, hombre de trono del Gran Perdón, señalando hacia el centro.

Ambiente en la calle Larios este Jueves Santo. Ambiente en la calle Larios este Jueves Santo.

Ambiente en la calle Larios este Jueves Santo. / Álvaro Cabrera (Málaga)

El Colegio de Médicos de Málaga ha vuelto a llamar a la responsabilidad para evitar que en la recta final de la Semana Santa se repitan las imágenes de los últimos días de ciudadanos “agolpados haciendo cola para ver las imágenes de las cofradías y hermandades”. Para la institución, “evitar una cuarta ola no sólo está en manos de la ciudadanía sino también de las administraciones y de las propias cofradías por lo que apela a la responsabilidad individual y colectiva”.

Así, el Colegio de Médicos advirtió de que se está registrando un repunte de contagios de Covid que, tras la experiencia vivida después de Navidad, “no hace más que pensar en una posible cuarta ola”. Para la corporación “es fundamental que aprendamos de lo que ya hemos vivido y no olvidemos cómo actúa el virus cuando hay medidas más laxas”.

Por ello, solicitó a las autoridades un mayor control en el sector de la hostelería, ya que “se observa una actitud relajada y no todos los establecimientos mantienen la distancia de seguridad entre las mesas de los comensales”. También recordó: “Sentarse a la mesa no puede ser sinónimo de quitarse la mascarilla”.

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