La idea que se le pasa por la cabeza a Joan Hunt, presidenta y alma de la Fundación Cuidados del Cáncer (Cudeca) de Benalmádena es muy sencilla. Si la entidad consigue llegar a los 5.000 socios, y cada uno aporta mensualmente 10 euros "o lo que pueda", la institución sin ánimo de lucro podría salvar la unidad de ingresos, su servicio más reciente que se unió al centro de día. La cantidad es similar a lo que cuestan "cuatro cafés" y sumando esas pequeñas cantidades, el milagro de mantener el servicio, que cuesta unos 275 euros al día por cama, sería posible.

El objetivo inmediato de Cudeca es financiero porque la unidad de ingresos, abierta en 2005, ha duplicado los gastos y los dos últimos ejercicios no han sido buenos, se han registrado pérdidas importantes, según Rafael Olalla, director financiero de Cudeca. Si no se recaudan los fondos suficientes, la unidad podría cerrar a final de este año.

La Fundación, que nació como asociación en 1991, lleva más de 15 años atendiendo y ayudando a enfermos terminales de cáncer. Se ocupa de una media de 600 pacientes al año y la inmensa mayoría son atendidos en sus domicilios. El servicio se presta por toda la provincia. Un porcentaje muy bajo de los enfermos requiere su ingreso y algo más de la mitad de ellos decide pasar sus últimas horas o días de vida en el centro, apunta Marisa Martín, directora médico de Cudeca.

Joan Hunt anima a visitar el centro de Benalmádena e invita a la sociedad malagueña a colaborar con la entidad. Cercana a los 80 años de edad, Hunt decidió poner en marcha este proyecto tras la muerte de su marido por cáncer a principios de la década de los 90, tras percatarse de las carencias que había en el campo de los cuidados paliativos. Ella es la voluntaria "número 1", incansable, y extiende sus jornadas de trabajo durante más de diez horas.

Ahora mismo, la principal fuente de ingresos de la organización son las 12 tiendas benéficas que tiene en distintos puntos de la provincia, además de donaciones de particulares y diversos eventos. El 92% de su financiación es privada y sólo el 8% corresponde a subvenciones públicas. Uno de los obstáculos que pretende salvar Cudeca es el desconocimiento de la entidad por parte de la sociedad malagueña. Un ejemplo. El 85% de su recaudación se consigue entre la comunidad internacional asentada en la Costa del Sol. Sin embargo, la inmensa mayoría de los pacientes que atiende son malagueños.