Málaga

Tina, la mujer apuñalada en Gamarra, celebraba su cumpleaños junto a su hija que venía de Paraguay

Momento de la detención del presunto autor de la agresión.

Clementina -conocida por todos como Tina- celebraba su cumpleaños este miércoles. Cumplía 37 años. Lo celebraba en su casa, con una tarta que le había hecho una de sus compañeras de piso. También con su hija, que se había desplazado a Málaga pasar unos días con ella. Sin embargo, la fiesta se truncó cuando el hombre con el que había mantenido una relación sentimental comenzó a apuñalarla con un cuchillo de cocina, provocándole cortes en las manos, pómulos y en el cuello. La mujer, que perdió mucha sangre, se encuentra ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Regional de Málaga en estado grave. 

La hija que compartían en común la víctima y el presunto agresor, de 18 años, había aterrizado desde Paraguay -de donde son originarios también sus padres- tan solo un día antes de que se produjera la agresión. La joven, en un intento de defender a la víctima, también resultó herida en ambas manos, por lo que ha requerido ser intervenida quirúrgicamente

La alerta de los vecinos

El reloj marcaba poco más de las 22:00 horas cuando los vecinos de la barriada de Echevarría de Gamarra -en el distrito de Bailén-Miraflores- escucharon gritos y golpes de un noveno piso situado en el Pasaje de Aránzazu. Mónica, que vive en la segunda planta del mismo edificio y además trabaja como camarera de un bar situado enfrente, estaba barriendo la puerta cuando vio a los vecinos asomados a sus ventanas "asustados". Aunque en un primer momento cuenta que desconocía la gravedad del asunto, pasados unos segundos escuchó: "¡Que la mata! ¡Que la mata!"

Asumió que una mujer estaba en peligro y, cuando se disponía a alertar a la Policía, observó que una dotación del Grupo de Investigación y Protección (GIP) de la Policía Local de Málaga -de paisano y en vehículo camuflado, aunque con la sirena en el techo del vehículo– ya se dirigía al lugar. Y es que, según han informado desde el cuerpo, se encontraban patrullando la zona cuando se percataron del revuelo vecinal y escucharon cómo solicitaban a gritos presencia policial. Mónica los guió y, con premura, los agentes entraron en el edificio. Aprovechando que la puerta del inmueble en el que se produjo la agresión estaba abierta, accedieron con facilidad. 

En una de las habitaciones de la vivienda, los agentes localizaron a la víctima tumbada boca abajo, inconsciente y manchada de sangre. Junto a ella, el presunto agresor forcejeaba con su hija. De inmediato, los policías se dirigieron hacia él, logrando desarmarlo y reducirlo mientras alejaban a la joven de la escena. Pocos minutos más tarde, también apareció una dotación de la Policía Nacional, junto con la que procedieron a auxiliar a las víctimas, taponándoles las heridas que presentaban, y dar aviso a los servicios sanitarios. 

Mónica entonces observó que una mujer se encontraba en las escaleras del bloque lamentándose. Ella no estaba herida, pero sí en estado de shock, recuerda. "En ese momento no sabía quién era, pero la vi tan nerviosa que la traje para el bar y le hice una tila", explica. Luego le contó que era una de las compañeras de piso de Tina y la mujer que salió de la vivienda y golpeó las puertas de sus vecinos pidiendo socorro. "Ella repetía que llevaba dos cuchillos y que no eran de la casa", destaca la camarera. La Policía Local, en el cacheo preventivo de seguridad que le practicaron, también localizó e intervino otra arma blanca, concretamente una navaja que llevaba en un bolsillo trasero del pantalón. 

Aunque esta vecina pidió que algún sanitario atendiera a la compañera de piso de Tina, pues tenía la tensión "muy alta", le explicaron que "los necesitaban todos arriba debido a la gravedad de la mujer" -siempre según su relato-. Hasta tres ambulancias acudieron al lugar de los hechos, que trasladaron al Hospital Regional Universitario (antiguo Carlos Haya) tanto a la víctima como a su hija.

Una tercera persona herida 

En el domicilio, cuando ocurrieron los hechos, también se encontraba otro joven que, del mismo modo que la adolescente, se enfrentó al presunto responsable para intentar evitar que continuase con la agresión. Como consecuencia, le rajó el pantalón que vestía y consiguió hacerle un pequeño corte en la pierna. Además, Mónica asegura que presentaba signos de haber recibido algún golpe. Si bien, las heridas no revestían gravedad y desestimó recibir asistencia médica. 

Finalmente, los policías locales procedieron a la detención del sospechoso como presunto autor de un delito de homicidio en grado de tentativa y a su traslado a dependencias policiales, donde permanece en estos momentos, para pasar a continuación a disposición de la autoridad judicial competente, que será la que determine su ingreso en prisión provisional o, por el contrario, su puesta en libertad.  

Genara, otra de las compañeras de piso de Tina desde hace tres meses -también paraguaya-, ha llegado a media mañana al domicilio. Anoche ya supo lo que estaba ocurriendo, pero no pudo acudir. Ella, como Tina, es empleada del hogar interna. "Ella cuida a niños. Yo a una persona mayor, por eso no pude venir. He estado toda la noche despierta esperando noticias. Pero me han dicho, gracias a Dios, que está fuera de peligro", comenta a este periódico. 

Más tranquila que anoche, asegura que Clementina, que vive en Málaga desde hace cinco años y en el domicilio donde se produjo la agresión alrededor de seis meses, contaba que ya no estaba con el padre de su hijo. "Yo no sabía ni que él estaba en Málaga", pues al parecer él es también oriundo de Paraguay. Tampoco le había comentado que pudiese estar siendo víctima de violencia de género. "Ella no habla mucho de sus cosas", apunta Genara. Fuentes próximas a la investigación confirman a este periódico que ninguno de los dos se encuentra en Sistema Viogén, destinado al seguimiento y protección de las mujeres víctimas de violencia de género y de sus hijos en cualquier parte del territorio nacional.

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