"Desde que conozco la leyenda de la monja, no he vuelto a cruzar el pasillo por la noche"

Una de las celadoras del Hospital Regional asegura que durante la pandemia los ruidos se intensificaron en la cuarta planta, que se encontraba cerrada

La leyenda de las apariciones de una monja en el principal hospital de Málaga

Pasillo que da acceso al pabellón A del Hospital Regional Universitario de Málaga.
Pasillo que da acceso al pabellón A del Hospital Regional Universitario de Málaga. / M. H.
R. L.

05 de junio 2022 - 06:16

Málaga/La leyenda de la monja no es ningún secreto en el Hospital Regional. Los más jóvenes la conocen, aunque rehuyen hablar del tema; los antiguos, no tienen pudor en hacerlo. Se comenta por los pasillos y hasta en un grupo de WhatsApp. Unos, sienten miedo de hacer noches y andar por ciertos lugares; otros, se han acostumbrado a sufrir fenómenos paranormales, aseguran.

Este centro sanitario, entonces conocido como residencia sanitaria Carlos Haya, se inauguró en 1956. En la última planta del edificio -estaba constituido por siete pisos- residía una congregación de monjas. Estas, que se encargaban del control de la medicación y la comida, así como de la reposición del material, tenían "mucho poder en el hospital", recuerda Isidro Prat, director del Centro de Transfusión Sanguínea de Málaga.

Pasados los años, algunos trabajadores del centro sanitario han atribuido a las religiosas las apariciones y otros fenómenos paranormales que, garantizan, han experimentado. Si bien, otros muchos, como Carmen Ruiz, no mencionan a una monja, sino a "una mujer de negro".

La celadora, que cuenta con una larga trayectoria en el hospital, está convencida que "la leyenda es cierta". Habla abiertamente de ella y comenta con todos los compañeros. Todos la conocen. Es un tema recurrente.

Los lugares donde se producen estos sucesos se repiten: el pasillo que conecta el pabellón A con el B, la zona de consultas y la capilla.ç

La capilla del Hospital Regional de Málaga.
La capilla del Hospital Regional de Málaga. / M. H.

Hace nueve años, Ruiz se dirigía hacia el pabellón A por el pasillo que conecta ambos complejos con una compañera. Era de madrugada, en torno a las 3, precisa, cuando observaron a una mujer caminando delante de ellas, "era mayor e iba vestida entera de negro". Las celadoras aligeraron el paso para llamarle la atención, pues era inusual ver a un paciente o familiar a esa hora fuera de la habitación. La señora giró la esquina. Acto seguido, lo hicieron las trabajadoras. Pero, esta ya no estaba. "No le dio tiempo a bajar ni a subir por las escaleras, y los ascensores estaban en la planta 0", cuenta Carmen Ruiz.

Juana Jiménez, otra de las celadoras del Hospital nunca ha sufrido ningún episodio misterioso, pero también cree cierta la leyenda. Explica que un compañero subió al ascensor acompañado por una mujer con las mismas característica que señala Carmen Ruiz, "mayor y vestida de negro". Cuando se bajaron, la mujer desapareció, "se difuminó".

Como apuntaba Esteban Palomo, periodista especializado en misterio, sea cierta la leyenda o no, cuanto menos, se ha producido un fenómeno sociológico dentro del hospital. Aunque no se conocen casos de empleados que se hayan negado a asistir a su puesto de trabajo por esta cuestión, muchos sanitarios han cambiado su conducta. Ya no pasan por lugares que antes recorrían o, si se atreven, lo hacen acompañados o con miedo.

Cuando Mariló Muñoz entró a trabajar en el Hospital Regional, los compañeros siempre le decían: "Ten cuidado con la monja". "Desde que conozco la leyenda no he vuelto a cruzar el pasillo donde se aparece por la noche". A pesar de que nunca ha experimentado un suceso paranormal, la celadora reconoce que "se ha convertido ya en una cosa más psicológica", manifiesta.

A las apariciones se suman otros sucesos inexplicables por la razón. Ruiz asegura que, en ocasiones, se mueven los pomos o se apagan y encienden las luces sin que nadie ponga un dedo el interruptor.

Otra de las celadoras detalla que esta situación se intensificó en el centro sanitario durante la pandemia. La cuarta planta del hospital durante los momentos más duros de la Covid-19 estuvo cerrada. Sin embargo, asegura que algunos compañeros escuchaban "muchos ruidos", entre ellos "el sonido de grifos abriéndose".

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