La multinacional japonesa Fujitsu prevé finalizar esta semana los 300 respiradores que se comprometió a fabricar en su planta en Málaga en colaboración con la Fundación Ibima. Esos respiradores, diseñados en la capital malagueña, han permitido salvar numerosas vidas en los centros hospitalarios a personas que han sido gravemente afectadas por el coronavirus.

“A nosotros nos pidieron soporte para colaborar en el proyecto. El diseño no es nuestro ni estamos certificados en Sanidad, sino que nos ofrecimos a hacer la industrialización, la ingeniería y el montaje de una línea de producción que pudiera asegurar que los procesos son fiables, así como hacer alguna revisión del diseño que mejorara en parte lo que nos traían. En la última revisión se llegó incluso a reducir un 40% el tamaño del respirador. Nos pidieron que montáramos 300 respiradores y la Fundación Ibima es la que nos da el material. Nosotros, en principio, vamos a hacer 300 y si luego nos piden más se llegará a algún acuerdo”, explicó la directora de la fábrica de Fujitsu en Málaga, Blanca Hermana, en una reciente entrevista publicada por este diario. Esos 300 respiradores ya están prácticamente finalizados.

El proyecto surgió en la Universidad de Málaga y, tras varias pruebas, obtuvo los permisos pertinentes por parte del Ministerio de Sanidad para poder iniciar su fabricación en serie y ser utilizados en los hospitales.

El Covid-19 ha dado un pequeño respiro y los centros sanitarios no están tan congestionados pero sigue habiendo personas en la Unidad de Cuidados Intensivos en Málaga afectadas por esta enfermedad e ingresados en planta, por lo que esas máquinas siguen teniendo una máxima utilidad, sobre todo si, como recoge por ejemplo un informe interno del Ejército de Tierra, se espera otro importante rebrote en torno a noviembre.

Los hospitales están ahora menos colapsados pero podría haber otro rebrote en invierno

El coste de los materiales rondaba los 600 euros por unidad y el primer prototipo se probó con un pulmón artificial, de ahí se pasó a un cerdo que estuvo 24 horas ayudado por un respirador, y posteriormente se obtuvo el visto bueno para ser utilizado en humanos. 

Este proyecto es algo solidario para Fujitsu, que recientemente ha tenido que solicitar otro expediente de regulación temporal de empleo (Erte) para la totalidad de la plantilla hasta diciembre por la incertidumbre y la previsible caída de demanda en el sector de la automoción, su principal línea de negocio.