Málaga

El delicioso sabor de la cocina más tradicional

  • El bar Don Carlos es frecuentado a diario por muchos trabajadores del centro histórico que se ven atraídos por su amplia variedad en platos típicos caseros

Don Carlos es uno de esos bares en los que siempre hay movimiento. Desde las 8:00, decenas de personas entran y salen del local donde cogen fuerzas para afrontar la jornada laboral. Hay quien se sienta tranquilamente a desayunar en una mesa mientras lee el periódico, quien prefiere hacerlo en la barra, o quien simplemente pide rápidamente un café para llevar. La mayoría de la clientela es de sobra conocida por los camareros, pues día tras día suelen ir las mismas personas: es un bar de trabajadores, lo que concentra la actividad en los días de diario y los domingos descansa.

Tras llevar prácticamente toda la vida en la hostelería, José Galán, su propietario, conoce perfectamente la comida que más gusta al trabajador malagueño. Le avalan sus 36 años de experiencia en el negocio. Ha tenido varios bares en la avenida de Carlos Haya y en la playa, y desde hace cuatro años regenta el bar Don Carlos, uno de los establecimiento con más tradición en Málaga con una antigüedad de unos 40 años. Anteriormente este establecimiento situado en calle Martínez, en pleno centro histórico, fue restaurante y churrería, entre otros. Su nuevo propietario ha mantenido el nombre que tenía antes de su llegada.

Como buen bar enfocado a los trabajadores, cuenta con menús del día en los que se puede elegir entre una amplia variedad de platos. Cinco primeros y nueve segundos conforman la oferta a escoger a diario, de lunes a sábado de forma ininterrumpida, incluyendo los días festivos. José cuenta que lo que más gusta a los clientes que frecuentan el Don Carlos es "el cuchareo", por ello el primer plato siempre incluye sopas de marisco o de picadillo, fideos o callos, aunque según este hostelero, "también gusta mucho la comida marroquí como el cuscús".

El segundo plato incluye un total de nueve posibilidades cada día: varios pescaítos del día, atún encebollado, bacalao en salsa de tomate, y carnes como pollo a la moruna, albóndigas y ternera con ciruelas, son algunos ejemplos de su variedad. Los postres son caseros, al igual que el resto de comidas, e incluyen natillas, arroz con leche, flan, mousse de limón y fruta del tiempo, o para quien lo prefiera, también puede pedir café.

El propietario del Don Carlos asegura que tras muchos años de trabajo en este sector, se niega a renunciar a la calidad. Buen ejemplo de ello es que el pan lo hacen ellos mismos en el horno, los embutidos que utilizan para desayunos y meriendas son de primeras marcas y el jamón es cortado con cuchillo. "Si en algo no escatimamos es en calidad", puntualiza José.

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