Fernando Bentabol | Fiscal antidroga de Málaga

“Basta con intentar ponerle los cuernos a una banda para ser carne de cañón”

  • Son “grupos muy potentes que no perdonan” y si “no se ponen medios la violencia irá a más”

  • Málaga está “a la cabeza de España como zona de coordinación de narcos”

El fiscal antidroga de Málaga, Fernando Bentabol, durante la entrevista con este periódico

El fiscal antidroga de Málaga, Fernando Bentabol, durante la entrevista con este periódico / Javier Albiñana

En  2015, Fernando Bentabol asumió el reto de coordinar la Fiscalía Antidroga de Málaga. Tiene que lidiar, afirma, con organizaciones criminales que se destapan a diario. “Se investiga a una y, al día siguiente, se descubre otra”, apostilla. El volumen de trabajo que soportan tanto fiscales como investigadores hace que estén “absolutamente sobreexplotados y agotados”. El experto antidroga asegura que en la Costa del Sol “las mayores operaciones de tráfico de cocaína en España tienen conexión directa con Málaga”. 

–La guerra del narco se ha cobrado otra vida esta semana en la Costa del Sol, escenario de una escalada de violencia sin precedentes en los últimos años. ¿Qué esta pasando?

–Es una consecuencia lógica de la cantidad de bandas criminales que se están estableciendo en esta zona. No solo se dedican al crimen organizado, sino que en el intento de controlar su actividad no se paran en barra a la hora de tratar con personas que les traicionan o que incumplen lo que ellos pretenden.

–Los robos de droga son cada vez más frecuentes

-No solo actúan por robos, también por impagos y traiciones si hay dudas sobre si una persona puede delatar la actividad delictiva entre los grupos criminales o a la Policía. Aquí hay conexión entre muchas bandas. Basta con que haya una persona que esté intentando ponerle los cuernos a la organización con la que trabaja para que sea carne de cañón.

–¿Por qué tantas traiciones?

–Por dinero. Uno manda en un grupo, llega otro que le hace la competencia y, para quitársela, intenta comprar al primero. Al descubrirlo su propia organización lo quitan de en medio. Hay muchas razones, pero siempre está detrás el interés económico. En el momento en el que hay un traidor esa persona acabará cayendo.

"Uno manda en un grupo, llega otro que le hace la competencia y, para quitársela, intenta comprar al primero. Al descubrirlo su organización lo quitan de en medio"

–¿Quién suele esconderse tras las bandas criminales?

–Hay de todo. Funcionarios, miembros de la Policía, de la Guardia Civil... 

–Secuestros, tiroteos, la sonrisa del payaso dibujada a punta de navaja...Los narcos han recrudecido su violencia

–Son grupos muy potentes. No perdonan nada. Tienen sus propios equipos de autoprotección con auténticos sicarios a los que no les cuesta nada apretar un gatillo. Están en la organización al efecto de ejecutar al enemigo o a quien se salga un poco de las normas.

–¿Las narcoseries crean ciertos estereotipos?

–Ayudan poco. Desgraciadamente, hay mucha gente en este país con pocas luces y ven algo interesante en esa imagen de riqueza. Empiezan desde abajo, como ejecutor o matón. Si tienen buenos contactos y se mueven bien, consiguen un puesto importante. 

–Los últimos crímenes se han registrado a plena luz del día. Uno de los casos más llamativos fue la muerte de un padre cuando salía de la Primera Comunión de su hijo en Marbella. ¿Se pretende que sirva de advertencia a otros traidores?

–Tenía que entregar una deuda y lo que hizo fue quedársela. Preguntaron tres veces por la droga. Lo mataron en público para que el resto de sus colegas –la mayoría estaba allí ese día– vieran que o aparecía la droga u otro iría detrás. Acabarán cayendo más de ese grupo.

"Tienen equipos de autoprotección con auténticos sicarios a los que no les cuesta nada apretar un gatillo"

 –Son varios los asesinatos que todavía están sin resolver

–¿Y a quién se detiene? Uno conduce y otro con un fusil pega 40 tiros y desaparece. Mientras no haya alguien que diga quién fue la persona que estuvo allí, disparó y se marchó corriendo...Los sicarios cobran primero una parte y el resto después del trabajo. Si no lo hacen, no lo cobran todo. Algunos vienen expresamente a esto y cuando sale la noticia ya van en un coche camino de otro sitio.

–¿Cuántas bandas operan en la Costa del Sol? Se habla de un millar activas

–Y más. Cada día aparecen nuevas. Cae uno y ese sitio lo ocupa otro. Hay mucha gente que está viviendo aquí, residiendo como ciudadanos normales, con un alto poder adquisitivo, y manejan sus sociedades. Otros son traídos para ello. Llega un hombre de Colombia con buena presencia. Se compra un chalé en Marbella, juega al golf todos los días y nadie tiene que pensar que esa persona hace algo malo ni que es un delincuente. Estos no suelen ser los líderes. 

–¿A qué perfil responden las organizaciones criminales?

–Conforme se investiga a una, al día siguiente se descubre otra. La circulación de droga hacia Europa es muy grande. Hay muchos países en que se mueve muchísima sustancia estupefaciente. En cada uno de ellos hay, a su vez, grupos vinculados a los de aquí para el tráfico y traslado de la droga. 

–¿Es la Costa del Sol uno de los puntos con mayor circulación de droga?

–Ahora mismo creo que, como zona de coordinación u organización de traficantes, al margen de la entrada por las aduanas, los grandes aeropuertos y el puerto de Valencia, estamos a la cabeza de España. 

"Las mayores operaciones de tráfico de cocaína en España tienen conexión directa con Málaga"

–¿Qué medidas habría que adoptar para frenar esta situación?

–Hay que cortarles la finalidad por la que cometen estos delitos. Ser capaces de neutralizar los bienes que tienen es lo que puede llevar a pararlos. Le quitas un alijo y meten otro. Mientras tengan medios económicos para hacerlo no tendrán problema.

–Un representante de la ONU comentaba hace unos días que somos víctimas de la demanda de droga de otros países–

Ya sea como producción o como zona de paso, estamos bastante implicados y perjudicados con este problema.

–¿Qué final puede tener esta tendencia al alza de la criminalidad?

–Desgraciadamente pienso que si no se ponen medios en investigación la violencia va a ir a más. El problema es que el dinero lo puede casi todo. Es fácil pagarle a un chaval 3.000 euros solo por llevar un coche a un sitio. Pero, por lo menos, que tengamos los medios necesarios para que vean que todo el monte no es orégano. 

–En Algeciras parece haberse relajado la situación

–El problema es que allí se estaba haciendo la vista gorda. Entraban los alijos y no se le daba trascendencia. Pero esto ha crecido tanto que ha habido que movilizar a fuerzas del orden público y se ha metido un poco de presión. Allí todo es rústico: lanchas, casas en las playas con garajes llenos de droga en vez de coches... Meten la droga y luego la sacan. Eso es muy fácil de detectar y en cuanto han empezado a caer, se han salido de aquella zona.

"El problema es que en Algeciras se estaba haciendo la vista gorda. Entraban los alijos y no se le daba trascendencia"

–¿Ocurre algo similar en Málaga?

–No. Desde la Costa del Sol, donde trabajan las organizaciones, la droga se negocia, se mueve y prácticamente no aparece. Desde aquí se coordina.

–¿La presión policial en el Campo de Gibraltar ha podido desplazar a los narcos hacia la Costa?

–Esa no es una razón. El Campo  de Gibraltar siempre ha sido especialmente problemático en cuanto al tráfico de hachís desde Marruecos. Las mayores operaciones de tráfico de cocaína en España tienen conexión directa con Málaga. La Costa del Sol es una zona de alto nivel para personas con alto poder adquisitivo, muy bien comunicada. Tienen una salida muy fácil y capacidad de movimiento en muy poco tiempo, además de importantes comunicaciones para los transportes. Y otro elemento, la cercanía con África.

"Que el Gobierno explique si tenemos suficientes medios pese a que cualquier grupo de droga está dedicado 24 horas porque si no les es imposible llevar los asuntos"

–Pero eso siempre ha sido así, ¿por qué ahora se ha recrudecido la violencia?

–Porque con los medios que existen hoy en día les es mucho más rápido y sencillo realizar todo tipo operaciones.–Y hablando de medios. ¿Son suficientes los que hay para luchar contra el narcotráf

ico?–Evidentemente no. Ni nosotros en la Fiscalía, que necesitaría al menos tres compañeros más, ni tampoco la Policía tiene gente para la cantidad de trabajo que hay. Todos están absolutamente sobreexplotados y agotados.

–¿Cuál es el volumen de trabajo que actualmente tienen?

–Son causas complejas y dobles. Por un lado, sobre el tráfico de drogas y, por otro, la investigación patrimonial para el blanqueo de capitales. Suelen ser intervenciones en las que se detiene a muchísimas personas. Para llegar a estas organizaciones son necesarios medios técnicos, cuya aplicación tiene que estar controlada por el Ministerio Fiscal, ya sean escuchas o dispositivos de seguimiento, que exigen una dedicación importante. Hay operaciones que se desarrollan en unos meses y otras duran años.

–El Gobierno, sin embargo, descarta una plan concreto contra la criminalidad en la Costa

–Ellos qué van a decir. La pregunta se la hago yo. No es necesario tener a un policía vigilando a cada persona, pero si se comienza una investigación y se descubre que hay un gran grupo traficando y que afecta a varias provincias, incluso a varios países, habría que disponer de todos los medios humanos necesarios para desarticular al grupo lo antes posible.

–¿Tienen los narcos cierta sensación de impunidad?

–Algunos lo piensan así. En España somos los más garantistas del mundo. Consiguen escaparse por pequeños defectos que puede haber en un procedimiento.

–Me refiero al colapso, a la lentitud de la justicia

–Ese es un mal general porque no tenemos medios. Llevamos un montón de años sin aumentar plantillas del ministerio fiscal. Han creado muy pocas plazas para lo que hace falta. Si no tenemos medios humanos no podemos trabajar.–¿Las condenas están siendo ejemplares?–Si se habla de trafico de hachís por parte de organizaciones criminales, las penas pueden ser de 10 ó 12 años y más aún en el caso de cocaína y heroína. Cuando se desarticula una banda, las condenas son bastantes altas.

–¿Es el hachís la droga que más entra en Málaga?

–En cantidad absoluta sí pero también hay que incluir la marihuana. Hay muchísimas plantaciones, sobre todo en las provincias de Granada y Málaga. Teniendo en cuenta el beneficio económico, la cocaína se mueve en mayor proporción.

–¿Cuánto puede generar el negocio de la droga?

–¿De dinero? Eso no es calculable. Un alijo como el último de 6.300 kilos de cocaína puede suponer 300 millones de euros. Pero si cortas y divides la droga puede llegar a los 1.000.

–Y les compensa. Desde las prisiones, de hecho, se continúa moviendo los hilos, ¿no?

–Por supuesto. Compensa siempre. Una vez que los cogen, intentan  protegerse para cuando salgas tener cubiertas las espaldas. Los jefes intentan seguir traficando con sus peones.

–El ingenio de los narcotraficantes no conoce límites

–He visto cartones y langostinos rellenos de cocaína. Hojas de libros de pasta de cocaína, frutas, maletas y hasta ropa hecha de cocaína. Utilizan todo tipo de medios para convertir objetos cotidianos en sustancias estupefacientes. Lo importante es conseguir que entre la sustancia y la cocaína es muy rentable. No se necesita mucho espacio para llevarla. Es una droga que necesita pocas dosis para que sea rentable.

"He visto cartones y langostinos rellenos de cocaína. Hojas de libros de pasta de cocaína, frutas, maletas y hasta ropa hecha de cocaína. Es una droga que necesita pocas dosis para que sea rentable"

–Y los drones, ¿son la nueva arma para delinquir?

–Se utilizan más para distribución. Todavía no se tienen dispositivos con suficiente capacidad de carga como para hacer un alijo. Pero todo se andará.

–Otro fenómeno al que se enfrentan es la proliferación de clubes de cannabis

–Aunque digan lo contrario son asociaciones ilegales y no es difícil acabar con ellos. El Supremo ha dictado ya varias sentencias. Usarlo para producir droga es un delito. Se puede fumar en común y otra cosa es un centro donde se produce droga a gran escala y se incentiva el consumo. Los responsables que quedan en libertad siguen haciendo lo mismo, con los mismos contactos y lucrándose con esta actividad.

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