La frontera entre la Medicina y el engaño

Médicos alertan que no se deben sustituir tratamientos basados en la evidencia científica por otros que no lo están

Un centro sanitario de Andalucía, en una imagen de archivo.
Un centro sanitario de Andalucía, en una imagen de archivo.

Cuenta un profesional del Materno que un día, una familia pidió autorización para que entrara en la UCI una persona que hacía terapias alternativas. Utilizando un cristal iba a quitarle la energía negativa que mantenía a su hijo al borde de la muerte. "Le dijimos que no, por supuesto. Que cuando se fuera de alta lo hiciera en su casa si quería", detalla el trabajador.

El seminario de terapias alternativas que se iba a impartir en la Universidad de Málaga, la rebelión de 69 profesores contra este curso y finalmente su retirada vuelven a poner sobre la mesa el debate sobre la Medicina tradicional y la alternativa.

En aquel caso del Materno, seguramente la terapia alternativa no iba a hacerle daño, pero los facultativos recuerdan que hay situaciones en las que los pacientes pueden sufrir o morir por prácticas o fármacos sin evidencia científica. Los enfermos crónicos y los terminales -espoleados por el dolor o la desesperación- son el río en el que intentan pescar desde naturistas con seriedad y buenas intenciones hasta estafadores que por un frasco de un 'fármaco' milagroso pueden embolsarse más de 500 euros.

Desde la Medicina tradicional hasta el fraude hay un camino. ¿Dónde poner la frontera para que personas que sufren una enfermedad no sean encima timadas? Los facultativos consultados sostienen que en la evidencia científica.

"La Medicina que impera en el siglo XXI es la basada en la evidencia científica. Hay que tener cautela con todo las medicinas que no estén sustentadas en la evidencia científica. Hay que tener precaución con las medicinas alternativas porque cuando hay cuestiones de salud serias podemos crear un problema al paciente", esgrime el presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Juan José Sánchez Luque. Reconoce que hay ciertas terapias -como darle ayuda emocional a un paciente oncológico- que pueden ayudar en su proceso, pero aclara: "Nunca se puede sustituir un tratamiento basado en la evidencia científica por medicinas no contrastadas científicamente. El médico debe basarse en la evidencia científica y de ahí no nos vamos a mover".

Algunos memoriosos recordarán al 'doctor' Hamer, un médico alemán inhabilitado que hacía que los enfermos de cáncer dejaran los tratamientos tradicionales porque sostenía que el dolor curaba. A instancias de Ryke Geerd Hamer, unos padres austríacos se trajeron en 1996 a Málaga a su hija Olivia para "curarla".

El oncólogo Manuel Cobo admite que los enfermos paliativos "se agarran a un clavo ardiendo". Aunque defiende que "la esperanza y la ilusión nunca se tienen que cortar", también pone el límite en la evidencia científica. Cobo cuenta que a veces hay pacientes que quieren utilizar técnicas no contrastadas científicamente. En esos casos les informan que no hay evidencias de su utilidad. Mientras no sean perjudiciales para el paciente ni provoquen interferencias con la Medicina tradicional no suele haber objeciones del estamento médico. La fricción se produce cuando su inocuidad no está tan clara. "Hay pacientes que se atiborran de productos caros, que no han pasado controles sanitarios estrictos, cuyos componentes no se conocen y que no sabemos si crean interferencias [con los tratamientos tradicionales]", advierte. Y agrega: "Hay que tener mucha precaución. Desde una primera aproximación decimos que no a productos elaborados que no se sabe bien qué composición tienen ni cómo actúan".

No es que los facultativos se cierren en banda a pisar más allá de la Medicina tradicional, pero alertan que pasando ese límite se empieza a caminar sobre terreno resbaladizo.

El presidente de la Sociedad Andaluza de Geriatría, José Manuel Marín, por ejemplo, defiende las terapias no farmacológicas -como la estimulación cognitiva, la musicoterapia o el ejercicio físico- cuyos beneficios "tienen base científica". Y a continuación precisa que estas "terapias no farmacólogicas -que no es lo mismo que Medicina alternativa- no interfieren con la Medicina tradicional sino que la complementan".

Otro facultativo con 30 años de experiencia a sus espaldas cree la medicina natural "puede hacer cosas útiles, sobre todo por los pacientes crónicos y los degenerativos; siempre sabiendo los límites y con profesionales serios". De hecho, recuerda que hay campos en este ámbito que en Alemania están regulados. El problema -cree- es que en España, en esta corriente sanitaria "hay mucho pirateo".

En síntesis, que los pacientes y sus familiares deben distinguir donde termina la Medicina y empieza el engaño.

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