El patrimonio bloqueado al boticario de Torremolinos por traficar con Tramadol: 15 propiedades valoradas en 700.000 euros

Para el juez existe “un gran riesgo” de que se produzca una “fuga de capitales” y prohíbe al principal investigado disponer de los bienes

La Policía sometió a 12 vigilancias al farmacéutico de Torremolinos y detectó un "trasiego" de entregas de Tramadol

Cajas de medicamentos intervenidas por la Policía de Torremolinos / Policía Nacional de Málaga

El farmacéutico de Torremolinos investigado como principal responsable de una trama presuntamente orquestada para distribuir a gran escala y fuera de los cauces legales Tramadol, un tipo de analgésico opioide, posee al menos 15 propiedades con un valor catastral que, en conjunto, rozan los 700.000 euros. Sólo cuatro de estos bienes, bloqueados por orden del juez que instruye el caso, tienen uso residencial. El resto, en su mayoría localizados en la provincia de Granada, son utilizados como "almacén-estacionamiento" o se consideran de tipo comercial. El inmueble de coste más bajo supera los 22.000 euros, mientras que el más valioso, de 200 metros cuadrados y también ubicado en Torremolinos, alcanza los 187.132 euros, según consta en un auto dictado por el Juzgado de Instrucción número 4 de esta localidad.

El magistrado acuerda además la "anotación de prohibición de disposición y enajenación de tres vehículos de los que el boticario es titular hasta la fecha, uno de ellos vinculado a la farmacia ortopedia que, por el momento, sigue regentando. Se le prohíbe así de manera expresa cualquier disposición de su patrimonio –ya sea venderlo o donarlo–, con la obligación de mantenerlo intacto.

Para el juez existe “un gran riesgo” de que se produzca una “fuga de capitales” y de los citados bienes desde los productos financieros que ostenta el farmacéutico detenido, que según la investigación se aprovechaba del acceso que tenía a la compra del medicamento en laboratorios y almacenes.

Asimismo, se ha ordenado el bloqueo de las cuentas bancarias -cerca de una decena- y productos financieros del boticario. Una decisión que el titular del juzgado justifica por el “peligro” de que, ya sea él mismo “o dando órdenes a terceras personas”, pueda “trasladar todo el dinero” del que dispone. De ocurrir esto, sostiene el magistrado, “resultaría casi imposible su recuperación para eludir las posibles responsabilidades penales” que pudieran recaer sobre él. Urge así a bloquear los saldos favorables y cuentas, fondos de inversión, imposiciones a plazo fijo e inversiones en deuda pública, así como acciones, participaciones o cualquier otro título que se encuentre depositado en las entidades gestoras a las que hace referencia.

La causa se sigue por un presunto delito de tráfico de sustancias estupefacientes y supuesta pertenencia a organización criminal. Los investigadores han observado durante la instrucción “indicios fundados” de la comisión de hechos “que pueden ser constitutivos de un delito contra la salud pública y organización criminal” previsto en el Código Penal.

Doce dispositivos de vigilancia durante cinco meses

Han sido cinco meses de seguimiento con hasta 12 dispositivos de estrecha vigilancia los que han permitido destapar un mercado negro de venta de un potente analgésico concebido como una amenaza para la salud pública y un grave problema respecto a la expansión de la droga, similar a la del fentanilo en Estados Unidos. Los investigadores pusieron contra las cuerdas al farmacéutico de Torremolinos, considerado presunto cabecilla de una trama que traficaba con las pastillas en el norte de África, Oriente Medio y el suroeste asiático y ocultaba los beneficios en osos de peluche. Durante la fase de investigación, la Policía detectó cuatro entregas de mercancía en las que constató además la "colaboración de algunos de los empleados y boticarios" de la farmacia para la "recepción y distribución ilegal" de la sustancia, según refleja la resolución judicial.

Las alarmas saltaron también en una de estas actuaciones policiales al detectar a una trabajadora del boticario -que mantenían una relación sentimental- con una bolsa en un conocido club de alterne, pero, en realidad, se trataba de pastillas de Viagra y geles sexuales, según ha podido saber Málaga Hoy. Una de las vigilancias claves para desenmarañar el caso, permitió identificar al principal consorte del farmacéutico, un libanés de 49 años buscado por Suecia por tráfico de drogas y supuestamente vinculado a grupos criminales de Colombia y Lituania y con contactos en El Líbano, uno de los destinos donde es más habitual el consumo ilegal del opiáceo. Desde que pasó a disposición judicial duerme en prisión, mientras que el boticario sigue en libertad provisional.

El juez refleja en el escrito que el delito investigado “es especialmente grave”, dado que “existen dos epidemias de consumo de opioides con fines no médicos: una, causada por el fentanilo, fabricado ilícitamente en América del Norte, y, la segunda, la que se refiere a este procedimiento judicial, por Tramadol, en África septentrional y occidental, Medio Oriente y Asia sudoccidental.

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