La seguridad del aeropuerto de Málaga está en entredicho. Así al menos lo ha manifestado el comité de empresa del cuerpo de vigilantes que se encarga, supervisado por la Guardia Civil, de la seguridad del aeródromo malagueño.

Los trabajadores se quejan de una merma de personal de hasta 60 trabajadores en apenas un año (30 en sólo un mes) "lo que repercute en el control y la calidad", exponen.

No obstante, fuentes de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) explicaron que el aeropuerto tan sólo "se adapta a las necesidades del servicio".

Actualmente, los aproximadamente 260 vigilantes del aeropuerto se encargan del escáner y el control de pasajeros, del parking y de los accesos de personal y vehículos, entre otros. Y admiten que no dan abasto. Esta presión laboral no sólo incide en la seguridad de la instalación, sino en las condiciones de trabajo de los empleados, aseguran. "Asumimos el mismo trabajo, pero somos menos y a nosotros nos exigen seguridad absoluta", explican, a la vez que reconocen que aquellos empleados destinados a los controles de pasajeros están sometidos a una fuerte carga de "estrés".

Los trabajadores también achacan a la empresa que los contrata una mala organización del trabajo. "Tenemos un cuadrante mensual, que puede cambiar hasta cinco veces en el mismo mes; así la conciliación laboral y familiar es imposible", explican los miembros del comité, que también denuncian presiones a los trabajadores que no se ajustan a los cambios de última hora.

Los vigilantes exponen la discriminación a la que, a su juicio, también están sometidas las mujeres de la plantilla. "Una auditoría indicó que hubiera paridad, pero sólo la respetan para los puestos más onerosos, como los controles; apenas hay mujeres en los mandos intermedios o superiores", critican.

Ahora, el comité de empresa trata de abrir una vía de comunicación con los responsables del aeropuerto para poder advertirles directamente de la situación.