Málaga

Un tapeo por Rincón de la Victoria

  • La Feria de la Tapa del municipio abre sus puertas con previsiones de gran afluencia de público

Durante cuatro días, Rincón de la Victoria se convierte en la capital por excelencia de la gastronomía internacional. Es un escaparate culinario para los platos más tradicionales de la cocina malagueña, para los de la nouvelle cuisine o para catar las especialidades más exquisitas de tierras italianas, turcas o mexicanas. Y es que entre mostradores y mostradores, la Feria de la Tapa ofrece más de 90 bocados diferentes para degustar a pie de playa. Cada uno de los diecisiete establecimientos que ocupan la carpa ubicada en el paseo marítimo (frente a la antigua estación) se encarga de la elaboración de seis distintas. Todas a dos euros, incluida una cervecita fresquita o cualquier otra consumición con la que compartir la comida.

Álvaro Saura, es el propietario del restaurante Konarte ubicado en el paseo marítimo de Rincón de la Victoria. Es su primera vez, y se atreve a llegar con media docena de personas para montar los más elaborados platos que se encuentran en la feria. Hace cocina creativa, y desde las barra se puede ver el gusto con el que realizan cada una de las tapas: fideos tostados con langostinos y ali-oli de piquillos, mejillones de roca al estilo thai o tosta de escalibada y tataki de atún. "Son platos difíciles y muy distintos a los que se encuentran en una feria, pero es una forma de darnos a conocer. Hacemos cocina de autor pero con un toque informal", comenta Álvaro, quien sugiere la ensalada templada de sémola con frutos secos y pollo al estilo Konarte.

Los del Charro Negro también vienen por primera vez. Se trata de un restaurante mexicano que entre sus más exóticos platos ofrece cochinita piel, choriqueso o tinga de ternera. Por supuesto, no faltan las fajitas o el guacamole.

"El pique lo pone el cliente, y el color y el sabor nosotros", aclara Víctor Pérez, uno de los cocineros que recomienda pasarse por el establecimiento hacia las tres de la tarde cuando un grupo de mariachis amenizará la comida.

Pero, en esta variada Feria de la Tapa, no faltan los tradicionales. El propietario de la Batalla del Salado de Benagalbón, es uno de los que no se ha perdido todavía una cita. Fue uno de los fundadores hace diez años, y reconoce que "no sólo ha cambiado mucho" sino que además "se ganan muchos clientes que te conocen aquí". Famosas son sus migas, la paella, el potingue o los huevos de codorniz con "majaito".

El pescaíto frito también es uno de los puntos fuertes del evento. En Gris Marengo, se puede comer hasta espetos y mariscos. Llegan desde el paseo marítimo de La Cala del Moral y su propietario, Francisco Benítez "espera reventar". "Será mucho trabajo, pero merece la pena", comenta.

Y así, hasta llegar a casi al centenar de platos que a cualquiera se le hace la boca agua. No hay duda, este fin de semana los que quieran disfrutar de manjares ya tienen plan: a tapear a Rincón.

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