Con el adiós a la Copa del Rey se pone punto y final a una competición que, como decía Muñiz, "no es el objetivo". Evidentemente, la concentración del Málaga, plantilla y cuerpo técnico debe estar con la competición liguera. Pero es cierto que la Copa del Rey permitía al técnico ver a los menos habituales y mantener rodados a ese Plan B que tan bien le estaba funcionando durante las primeras jornadas de competición liguera.

Sin la Copa del Rey, los menos habituales carecen a partir de ahora de ese veneno que son los partidos oficiales. El gijonés aseguró en la rueda de prensa posterior a la derrota ante el Almería que taparán ese vacío con amistosos que disputarán contra equipos cercanos o con el propio filial.

"Haremos partidos durante las semanas venideras contra equipos de las proximidades o el filial, queremos que tengan minutos", aseguraba Muñiz al ser cuestionado por esa segunda línea: "Tendremos que ir equiparando esos minutos porque es lo que nos viene bien. Hay una competición de 10 meses, 42 partidos, y necesitamos que todos estén en su mejor nivel cuando les toque disputar minutos. Al quedar eliminados, buscaremos partidos para dar minutos de competición ante rivales interesantes, que te hagan sufrir y competir".