Se acabaron las Navidades y con ellas las risas, al Málaga le toca volver a ponerse el mono de trabajo tras este parón obligado que Pepe Mel aprovechó para seguir “machacando” conceptos. Regresa la Liga y con ella la realidad, los malacitanos siguen abajo en la clasificación, aunque al igual que en las últimas jornadas del pasado año se les presenta una gran oportunidad en un partido a vida o muerte. Y es que el técnico madrileño lleva avisando desde hace varias jornadas que cada encuentro para los de Martiricos es trascendental, más que nada porque las jornadas pasan.

Eso sí, Mel está ante el mes donde prometió sacar al Málaga del descenso y justo esta puede ser su primera bala para acercarse, ya que los blanquiazules están a cuatro puntos tras la victoria este viernes de la Ponferradina, sin embargo una victoria y las derrotas de Racing y Lugo le podrían catapultar algún puesto hacia arriba.

Aunque esto es una carrera de fondo y la mayor preocupación del cuerpo técnico para este sábado a las 18:30 ante el Tenerife es sumar tres puntos que hagan cambiar de dígito, en esa caso superaría los 20 puntos, conseguir la segunda victoria consecutiva en casa en mucho tiempo y sobre todo darle una alegría a esa afición que se volcó, alrededor de 5.000 personas acudieron este jueves al entrenamiento a puerta abierta, en la víspera de Reyes para darle un chute de energía a los suyos.

El técnico blanquiazul dejó claro en la previa que estaba contento con el once que venció al Alavés y que esperaba que se alargasen esas buenas sensaciones, por lo que también será una prueba de fuego el encuentro para Nacho Pérez, quien cogerá las rindas ante la sanción de dos encuentros que sufrió el primer entrenador malacitano. Un día que seguro no olvidará el exjugador y entrenador en categorías inferiores, más aún si gana. Mel confirmó que confía en él, al igual que sus jugadores.

Un partido que sobre el papel parece sencillo, pues los números del Tenerife en La Rosaleda son pésimos, no vence desde 1988. Casi nada, y encima llegan en racha negativa tras sumar dos empates en Liga y sólo celebrar una victoria en los últimos seis encuentros. Por lo tanto es el momento de dar un golpe sobre la mesa y demostrar que este Málaga va por buen camino y hacer olvidar los fantasmas.