Málaga CF

El gran viaje de Antoñín

  • Del 26 de Febrero al Málaga con escala en Alemania: la historia detrás del último canterano en debutar

Antoñín, en el centro, en un entrenamiento de la semana pasada.

Antoñín, en el centro, en un entrenamiento de la semana pasada. / Javier Albiñana

Ante el Albacete, el malaguismo vio debutar oficialmente al cuarto canterano en esta temporada. Tras Ismael Casas, Ramón Enríquez y Kellyan García, el último en abrirse paso en un Málaga de circunstancias es Antoñín, delantero del filial que dispuso de media hora en el Carlos Belmonte como una alternativa más para paliar los problemas blanquiazules con el gol. Un paso adelante en la curiosa historia del atacante, que a sus 19 años al fin puede hacer sus primeros desmarques en el fútbol profesional.

Antonio Cortés Heredia (Málaga, 16/04/2000) comenzó a despuntar en La Virreina con la camiseta del 26 de Febrero. Allí fue donde captó miradas no solo malagueñas, sino nacionales e incluso internacionales, gracias a su excepcional campaña 2015/16 en la 1ª Andaluza de cadetes. No se entiende la esencia de su mensaje de euforia tras entrar en la convocatoria para Albacete sin su siguiente paso. "Muchos años luchando y trabajando por un sueño", decía en redes.

La efervescencia de Antoñín hizo que el Schalke 04 apostara por él para llevárselo a Alemania. Real Madrid y Málaga pujaron, pero el delantero decidió marcharse con 16 años recién cumplidos a Gelsenkirchen. Allí firmó un contrato de cuatro años que nunca llegó a cumplir: Antoñín no logró adaptarse a la vida lejos de casa y ese mismo verano regresó para volver a jugar en el 26 de Febrero.

Aprovechando la aventura europea frustrada, el Málaga apareció para, esta vez sí, llevarse al delantero a su juvenil a mitad de temporada. Arrancó también la 2017/2018 –en ella le hizo un doblete a su ex equipo–, aunque en enero se marchó cedido a El Palo, donde disputó 16 partidos y metió seis goles en Tercera División.

La pasada campaña ya jugó un amistoso de pretemporada ante el Almería a las órdenes de Juan Ramón López Muñiz y pasó su primer año en el Atlético Malagueño en Segunda División B, el cual compaginó con algunos encuentros en el División de Honor. Ahora, en su segundo año con el filial, le bastó un partidillo a mitades de la semana pasada para entrarle por los ojos a Víctor. Ante el Albacete sirvió de refresco y ya aparece como otra opción más en el maltrecho ataque blanquazul.

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