Resultado y crónica del Albacete -Málaga CF

Faltos de alegría (1-0)

  • El Málaga pierde con el Albacete y encadena seis partidos consecutivos sin conocer el triunfo

  • Los blanquiazules tuvieron más y mejores ocasiones y Víctor lamenta esa falta de acierto

Adrián se lamenta en el césped del Carlos Belmonte.

Adrián se lamenta en el césped del Carlos Belmonte. / La Otra Foto

Seis partidos consecutivos sin ganar son muchos para el Málaga. Pero el contexto obliga a la indulgencia. De momento. No será algo eterno. Se entiende que todavía está activo el modo pretemporada al que aludía recientemente Víctor Sánchez del Amo. Siguen calientes las heridas del verano y sus consecuencias. Tanto es así que la ciudad desayunó con el nacimiento de lo que puede ser casi un nuevo lobby institucional para tratar de forzar un cambio de rumbo en la entidad.

Pero esta falsa pretemporada es en plena competición y al Málaga le está faltando la maldad que se gasta en Segunda. Sólo hay que tirar del espejo del mismo Albacete, que con cuatro goles a favor suma 12 puntos, el doble que los blanquiazules. La categoría demanda una serie de respuestas a según qué estímulos. Aunque Víctor lo resume todo en falta de gol.

Prometía ser un partido de alto voltaje cuando en el primer minuto de juego Juanpi se metió en el área y acabó por los suelos pidiendo penalti sin saber muy bien de quién. Cinco minutos más tarde, el venezolano y Renato Santos tiraron de estrategia y un zapatazo voraz del luso se estrelló contra el travesaño después de una mano prodigiosa y desesperada de Tomeu Nadal.

Con esa carta de presentación y algunos de los gestos que se vieron ante el Rayo Vallecano, el Málaga convencía. El cambio de dibujo y de varias piezas no se indigestaba y el Albacete daba la impresión de estar desarmado y sin un rumbo claro. Sin embargo, el duelo empezó a tomar el tono de la narración televisiva. La falta de alegría es kriptonita para este Málaga. El Alba dio algún golpe de más (como el que dejó KO a Juankar o los dos consecutivos de Pedro Sánchez a Mikel), pero sobre todo consiguió que Keidi Bare y Juanpi no trascendiesen.

El descanso era casi una bendición para los sentidos. Tocaba lectura por parte de los dos técnicos, que se conocen, admiran y respetan. A Víctor se le achaca en ocasiones que su punto débil es la lectura una vez que el cronómetro se dispara. Pero ni el ni Ramis amenazaron el statu quo tras volver de la caseta. De hecho, el duelo se reanudó con idéntico compás.

Víctor decidió hacer debutar al prometedor Antoñín, que nada más entrar se coló en el área tras otro gran balón filtrado por Sadiku. Fue el Albacete, sin embargo, quien consiguió romper el equilibrio. Una buena acción colectiva manchega combinada con algún desajuste blanquiazul, con detalle de categoría de Fuster y Rei Manaj más listo, hambriento y rápido que toda la defensa junta.

Podía no ser justo, porque el Málaga tuvo más y mejores ocasiones mientras que Munir casi ni manchó los guantes. Murió apretando y con Sadiku de rodillas lamentando su falta de puntería. No obstante, los nueve puntos con tres goles del Alba no eran casualidad. Los de Ramis siguen construyendo desde el triunfo. Justo lo que se le escapa al Málaga desde la jornada inaugural.

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