Cuando estalló la pandemia de COVID-19 y el fútbol tuvo que transformarse, quedaron flecos importantes sin cuadrar. Los organismos, para ahorrarse quebraderos de cabeza legales, dejaron que fuesen los propios clubes los que se arreglasen con sus futbolistas de manera individual más allá de la frontera del 30 de junio, cuando suelen concluir los contratos. Ahí Manolo Gaspar anduvo rápido y terminó convenciendo a los malaguistas implicados para firmar hasta la conclusión real de la temporada 2019/2020.

Hubo buena voluntad en general de todos los futbolistas: Luis Muñoz, David Lombán, Armando Sadiku, Sergio Buenacasa, Aarón Ñíguez y un Mikel Villanueva que se resistió más de lo deseado pero también terminó firmando. Pero la temporada llega a su fin. El Málaga cierra curso en Almería y casi todos estos profesionales entran en una nueva etapa.

Hay una primera excepción que es David Lombán. El central asturiano ha terminado la temporada francamente bien y ha alcanzado el número mínimo de partidos para su renovación automática. Luego están Sadiku y Buenacasa, con contratos en vigor con Levante y Mallorca respectivamente.

Libres quedan el canterano Luis Muñoz, al que será difícil retener pero Manolo Gaspar ya ha anunciado que hará el mayor esfuerzo posible para convencerlo de seguir y darle galones; Aarón Ñíguez, que aún no ha debutado oficialmente; y Mikel Villanueva, cuyo futuro parece alejado de Martiricos.