Málaga C.F.

Renacer desde el punto más bajo

  • Los datos de la desviación del límite salarial de LaLiga obligarán al Málaga a empezar con máximas exigencias económicas si sobrevive a la temporada

A llenar La Rosaleda de niños

A llenar La Rosaleda de niños / Javier Albiñana

Llegará el día y entonces el Málaga deberá de empezar de cero. Cuando LaLiga confirme las nuevas reglas económicas post coronavirus, la mengua en los ingresos , los topes a cumplir y las sanciones a acatar si tiene suerte y la temporada presente concluye con La Rosaleda en Segunda, el Málaga tendrá que confeccionar una plantilla con el mínimo posible para ello. La gestión en los últimos años, la falta de corrección en los presupuestos para mantener el orden que impone el organismo patronal y el abandono del saneamiento de las cuentas son parte de las causas. Las nuevas circunstancias harán el resto.

Los números arrojados por el informe que el administrador judicial del equipo José María Muñoz remitió recientemente a la jueza que instruye el caso contra los Al-Thani por administración desleal entre otros delitos confirma que esta campaña hay una desviación de 10,2 millones de euros con respecto a las obligaciones de rebaja de tope salarial que pedía la competición y que este parámetro puede subir hasta superar los 15 millones la próxima temporada. Urge una solución.

Ahora, la jueza confirmará con LaLiga estos datos y a partir de ahí, el club deberá de entrar en la horquilla que pide la competición. Habrá sanciones por superar el tope esta temporada, pero no es poco probable que si el Málaga consigue no cerrar con deudas el ejercicio, el descenso administrativo se desvanezca. Renegociar contratos y deshacerse de las fichas más altas es la opción más lógica, pero la crisis del coronavirus ha devaluado el mundo del fútbol y los activos malaguistas también han bajado.

Con este panorama, si el conjunto malacitano tiene la capacidad de permanecer en Segunda y mantenerse vivo, le quedará deshacerse de los tremendos pagos que desvían el tope salarial. Si no consigue vender a los jugadores o renegociar los contratos, tendrá que poner ese dinero. No se sabe qué se puede esperar de los accionistas. Nada de los Al-Thani y es una incógnita qué podrá aportar BlueBay –con el 49% de las acciones que tenían los cataríes– o si hay posibilidad de que se amplíe el capital del club. En cualquier caso y suponiendo que ese dinero esté, también se debería de contar con el beneplácito de LaLiga que ya impidió, por ejemplo, inscribir a Okazaki este verano por el mínimo sueldo. La trayectoria del japonés y la falta de viabilidad en el proyecto malaguista no reunían las características para ello entonces.

Los parámetros con los que se arranque el próximo curso aún están en el limbo, como la disputa de las jornadas que restan para concluir la presente temporada. Sea como fuere, el Málaga ya va confirmando lo que se sospechaba por las cifras publicadas en los últimos meses: su estado de salud económica es muy grave, la reconversión será profunda y radical, pero puede seguir vivo. Y eso es algo a lo que agarrarse aunque para ello es más que probable que le exijan competir la próxima temporada con 18 fichas acordes al salario mínimo de la categoría. Aún es pronto para saberlo.

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