Resultado y crónica del Cartagena - Málaga CF

Un guiño del destino (1-1)

  • Jozabed logra rescatar un punto en Cartagena para un Málaga fatigado y mermado por las múltiples bajas

Jairo, en el Cartagena-Málaga CF

Jairo, en el Cartagena-Málaga CF / la otra foto

Nadie se habría espantado si el Málaga hubiese regresado de Cartagena de vacío. La fatiga hace mella y los soldados cada vez son menos. Hasta en canteranos está teniendo que contar con la unidad B para afrontar sus partidos. Pero de vez en cuando el destino te echa una moneda en la gorra, te guiña y te deja con la sensación de que le debes una. El empate en Cartagonova es un pequeño balón de oxígeno para un equipo al límite de sus posibilidades.

El gol fue cualquier cosa menos académico. Un balón juguetón, un recurso imposible y un “quiero y no llego” que se transformó en cisne descolocando al portero en plena maniobra. Un regalo bendito. O no. También se puede leer como el premio por no dejar de creer. La cuestión es que el Málaga pasó de la lona a encadenar su cuarto partido sin perder.

No tenía muchas opciones Sergio Pellicer para cubrir la ausencia de Escassi, un futbolista capital para este Málaga, el hombre que daba sentido al fructífero 4-1-4-1 que vienen utilizando los blanquiazules. Retrasar a Luis Muñoz o ver a Benkhemassa de inicio parecían alternativas más claras. Pero el técnico blanquiazul entendió que no, que había un hombre medio tapado en el ascensor del Atlético Malagueño y que ya había demostrado su valía en Copa o en la cita de Fuenlabrada como Alberto Quintana. Así que todo siguió igual salvo el obligado cambio y la vuelta a las rotaciones en la portería.

Poco tuvo que ver el canterano con el 1-0. No se sabe bien qué hizo y en qué estaba pensando Alexander González cuando entró Cayarga cómodamente tras su espalda para finalizar un disparo fallido de un compañero. Aunque la cadena de errores empezó bien antes. No fue el único aviso serio del Cartagena, que a los dos minutos ya probó a Barrio y que pudo firmar el 2-0 tres minutos después con una chilena de Cristian que besó el poste malaguista.

El Málaga tuvo un par de medio ocasiones. Una por accidente –de Rahmani– y la otra accidentada –gran acción de Jairo a la que Caye no pudo corresponder–. Pero no, no fluía como otras veces. Quizás por fatiga, quizás porque los rivales han cogido los hábitos del equipo en su forma actual, quizás por un poco de todo. Tarde o temprano tenía que dejarse notar tanta ausencia notable y contar con tan escaso fondo de armario.

No podía ser casualidad que el mayor peligro en el primer tiempo naciese de las botas de Jairo, el más fresco de los profesionales disponibles (lástima de lesión en el 93’ de juego tras un salto). El extremo hizo una pared con ejecución brillante de Caye Quintana, pero se topó con Chichizola. La réplica la puso Cayarga, que rompió la cintura de un desubicado Alexander y sacó un disparo envenenado que Barrio mandó a saque de esquina con mérito.

Pellicer lo vio claro y movió su banquillo. Sentó al lateral venezolano para tirar del canterano Ale Benítez. También retiró a Quintana para meter a Scepovic, una apuesta más ofensiva.

Casi de casualidad, como Rahmani en la primera parte, Matos anduvo cerca de marcar el gol de la jornada con un centro defectuoso que besó el poste. Pero el Cartagena seguía a lo suyo y cada vez veía más fácil plantarse con peligro ante Barrio. Nuevamente Matos tuvo el empate, pero Chichizola sacó su remate a bocajarro.

Tiró nuevas fichas de la cantera Pellicer, que puso a Julio y forzó a Ramón. Por Caye y Luis Muñoz. Aroma a cambios pensando en la semana que se avecina y que sin embargo resultaron fundamentales para lograr el empate. Julio se vio con un balón perdido casi encima justo delante de la última línea del cuadro murciano. El canterano tiró de un poco ortodoxo recurso de espuela que permitió a Jozabed colarse en el área y vérselas cara a cara con Chichizola. El meta había estado muy acertado, pero se acabó comiendo el balón ante el mediapunta sevillano, que retiró la bota viendo lo que estaba sucediendo y aprovechó para marcar con todo a favor.

El Málaga por fin se creyó que podía ganar el partido ante un Cartagena que perdió a Raúl Navas por doble amarilla con el tiempo casi cumplido. Habría sido una locura lograrlo con un acrobático remate de Scepovic que quedó en nada.

Con este punto el Málaga no podrá hacer ese soñado pleno de Semana Santa, pero se pone con 42. Otro besito en el cuello al objetivo más cercano y realista.

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