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La fórmula del Málaga CF, dormir para soñar

El vestuario del Málaga CF, tras la victoria.

El vestuario del Málaga CF, tras la victoria. / MCF

El Málaga CF ha recuperado en febrero la fórmula que le hizo volar en septiembre. Puerta a cero propia y ser certero en la contraria. En los últimos seis partidos suma cinco victorias con una derrota fea en Melilla. El parcial es de un gol en contra y 11 a favor. Tras la derrota ante el Castellón, que marcó una sima con un punto de nueve posibles (más la esperada eliminación de Copa ante la Real) el equipo ha ido mejorando progresivamente. Es cierto que el triunfo en Granada no fue muy edificante, pese al histórico desplazamiento hasta Los Cármenes. Después hubo un partido de tregua con el Baleares con un 3-0 antes del tropiezo en tierras norteafricanas, en el que se dio una imagen mala.

Desde entonces, el equipo ha crecido muchísimo, con dos victorias ante dos gallitos de la categoría, Recreativo (2-0) e Ibiza (1-0). Entre medias, un muy sólido partido en Alcoy (0-3). Y no es que haya sido un héroe Alfonso Herrero en estos partidos. Los rivales han creado peligro puntual, pero no ha sido un acoso y derribo. Un fallo concreto ante el Alcoyano que acabó con el penalti errado del rival, algunas internadas normales, el balón parado... pero no un agobio. Ha mezclado sistemas de juego Pellicer y han salido bien. Y, sobre todo, ha emergido una mayor capacidad para controlar los partidos, para dormirlos cuando interesa que no ocurra nada sobre el césped, que se vayan apagando por inercia con el paso de los minutos. Sucedió en el segundo tiempo ante el Recreativo tras un tramo final del primero en el que sí hubo más problemas. Y aconteció también ante el Ibiza en la segunda mitad tras el gol metido por Dioni de penalti tras el carrerón de Kevin. Sin estar en área propia, con combinaciones más largas y ocupando bien los espacios y defendiendo las transiciones rivales, algo que Pellicer había señalado como una de las causas fundamentales en el bajón del mes de enero. Y sin dejar de tener presencia en el campo rival, tener amenazas.

Es un hito importante en el crecimiento del equipo para cuando lleguen los momentos más trascendentes de la temporada. Se está ya en el tercio final de Liga y, aunque el sueño de conseguir el ascenso directo ha reavivado las ascuas tras esta racha, el Castellón sigue estando a nueve puntos. Tiene un tramo con Córdoba, Castilla y Recreativo en el que habrá que testar si ese declive que se percibe es real. Pero en los partidos de play off, el previsible camino para intentar el ascenso, esa capacidad de dormir los partidos es esencial. Contra rivales de nivel se va testando.

En ese control referido de los partidos ayuda la figura de David Ferreiro. El gallego está ofreciendo un rendimiento de nivel, mejora el balón cuando pasa por sus pies. Va aumentando su minutaje, jugó una hora en el arranque pero ya después ha pasado en los tres últimos partidos de los 75 minutos. Había la duda de que estuviera ya fuera de catálogo con 35 años y con poca continuidad en el Cartagena, pero está ofreciendo una pausa importante dentro del vértigo.

El vestuario, apuntan quienes saben, es una de las claves en esta marcha, ha amortiguado los malos momentos y ahora puede propulsar los buenos. Vienen los meses más trascendentes de la temporada. Y el Málaga ya es capaz de dormir los partidos para seguir soñando con el ascenso. Un paso importante en el crecimiento de un equipo que va transmitiendo cada vez más.

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