Málaga C.F.

La situación del Málaga CF puede empeorar todavía más

Fran Villalba observando una jugada de rodillas.

Fran Villalba observando una jugada de rodillas. / Pepe Gómez

Después de confirmarse el descenso virtual del Málaga CF a la Primera RFEF, despidiéndose esta forma del fútbol profesional, algo que parece haber asimilado toda la afición y la propia ciudad, toca luchar con "honor" hasta el final. Sin presión alguna ya, es el momento de intentar dejar de pisar más aún el escudo de un club histórico que llegó a jugar una Champions League y hacer historia en esta. Quedan 12 jornadas y el objetivo actual es quedar lo mejor clasificado posible. El Málaga no saldrá del descenso salvo que se produzca un milagro, eso está bastante asumido, pero sí puede intentar no quedar el colista o el penúltimo. Los perseguidores están a dos puntos.

La jornada 30 dejó la victoria del Ibiza, quien parece haber cogido aire en estos últimos partidos, que le permite abandonar el farolillo rojo y suma seis puntos de los últimos 15 posibles. Es una cifra mala, sí, pero ya sumó más que los blanquiazules, quienes sólo cosecharon positivo en los cinco últimos partidos la victoria ante el Real Zaragoza. Sin embargo, el Lugo, a quien se le daba por desahuciado, acaba de destituir a Joan Carrillo para evitar su caída libre e Íñigo Vélez será su tercer técnico para afrontar los 36 puntos que quedan en juego esta campaña

Hay formas y formas de descender y después de haberse producido casi de manera virtual en marzo qué mínimo de terminar maquillando las estadísticas y muriendo con la cabeza alta. No estaría mal conseguir alguna victoria más, el dato es demoledor, cinco en 30 encuentros. La Ponferradina tampoco lleva buenos números, misma cantidad que los malacitanos pero con tres empates, por lo tanto si se aprieta un poco se le podría dar caza, ya que se encuentran cuatro puntos por encima. Aunque la salvación se haya marchado a 10 puntos, al menos intentar no ser el peor equipo de esta edición de la Liga SmartBank.

Por otro lado, la ilusión que levantó la llegada de Pellicer se esfumó, en parte porque sus propios jugadores inmolaron su trabajo. El técnico de Nules llegó para mejorar los resultados de un abatido Pepe Mel, sin embargo, las circunstancias no han podido serle más desfavorables, quedándose en tres de los seis encuentros que dirigió en inferioridad numérica. Así es difícil obtener resultados. Un dato que obliga a pensar que quizás ciertos jugadores no están cualificados para afrontar esta situación y por lo tanto no están comprometidos con la causa. Quizás sea de verdad el momento de apostar por los canteranos, seguro que estos se partirán el alma por defender este escudo. Pellicer ya lo avisó, ahora le toca dar el paso para terminar con algo de orgullo esta pesadilla.

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