Una victoria de seis posibles es el dato contundente que lastra la llegada de nuevo de Pellicer a la entidad de Martiricos, aunque poco más se puede hacer cuando se han disputado la mitad de los encuentros con un jugador menos. El técnico de Nules no para de repetir en cada rueda de prensa que el equipo está trabajando bien y es cierto que desde su llegada se aprecia un Málaga CF mucho más serio en el aspecto táctico. Sin embargo, los blanquiazules necesitan mil ocasiones para conseguir materializar una ocasión de gol, pero eso es un tema aparte. 

El problema actual es que todo el trabajo de la semana cae en saco roto debido a la buena relación de amistad que está cogiendo este equipo con las cartulinas rojas. Por eso, aunque Pellicer se advirtió en voz alta que hay que medir las palabras en caliente, aprovechó para mandar un mensaje a los que no estén comprometidos para revertir la situación: "Los puñeteros detalles individuales. Un equipo es un grupo de individualidades que miran por el bien del equipo y siempre hay algo que esa individualidad nos saca". 

Es más, el técnico blanquiazul, quien en la previa del duelo crucial ante el Racing confirmó que apostaría por "la ilusión de los debutantes y la fuerza y experiencia de los adultos", fue contundente y duro con sus palabras: "Si tengo que jugar con cuatro chavales del filial y no lo van a expulsar, van a jugar". Está claro que se cansó de plantear los partidos de una forma para luego por culpa de errores infantiles tener que buscar soluciones. Sin embargo, la pregunta es clara, ¿está preparado para dar el paso?

En la convocatoria de esta última jornada contaba con Issa Fomba y el joven internacional blanquiazul Álex Calvo en el banquillo, pero no llegó a darle minutos. Puede ser que no estuviera el partido para ellos, aunque de perdidos al río... Si hizo lo propio con Loren, habitual en la rotación del míster blanquiazul, y Cristian, quien se ganó el puesto a pulso. El marbellí, sin duda, es un ejemplo para cualquier canterano. Sin embargo, son varios los jugadores que se ejercitan sesión tras sesión bajo su atenta mirada, quizás sea el momento de La Academia.