La feria de Pedro Romero se inauguró con la Puerta Grande de Alfonso Cadaval que se presentaba en Ronda como novillero ya con caballos. Cortó una oreja a cada novillo de su lote, el mejor de una tarde de escaso contenido artístico. La novillada de Toros de la Plata, fue fuerte de presencia y con volumen, sustituía a la novillada sin picadores que se solía celebrar en el día previo a la Goyesca, una buena iniciativa, con un aumento de calidad en la oferta. No obstante, el público no respondió como debiera y solo llenó media plaza. También cortó una oreja Javier Orozco al quinto de la tarde. Rafael Serna, dio una vuelta al ruedo tras pinchar una faena de premio.

Fueron las dos últimas faenas las de mayor relevancia. Orozco firmó una tanda de derechazos h un final con naturales a pies juntos que sobresalieron. Por su parte, Cadaval lidió al ejemplar de mayor volumen, con transmisión y encastado que le exigió hacer un esfuerzo mayor. El sevillano, que debutó con picadores en Olivenza, aún no lleva ni un año con los del castores o y en su presentación en Ronda logró salir a hombros. La otra oreja se la cortó al tercero, un novillo con opciones que se dejó.

Por delante abrió plaza Serna con un animal reservón que embistió a oleadas. Sorprendentemente la labor fue acompañada por la banda de música pese a que nunca llegó a cimentarse por la condición del novillo. En cuarto lugar, tuvo la oportunidad de resarcirse, pero el fallo con la espada no le otorgó premio. El segundo fue un novillo inválido con el que Orozco pudo dejar algunos detalles de torería pero sin que la faena tuviese ligazón o consistencia. En general, la novillada resultó deslucida y de escaso argumentos. Pese al paso importante de haber subido la categoría del festejo queda por delante un trabajo en la mejora del cartel para que los resultados tanto de asistencia como de triunfos sean mejores.