Neopeplum, EEUU, 2014, 103 min. Dirección: Noam Murro. Guión: Zack Snyder, Kurt Johnstad. Fotografía: Simon Duggan. Música: Junkie XL. Intérpretes: Sullivan Stapleton, Eva Green, Rodrigo Santoro, Lena Headey, Jack O'Connell, Andrew Tiernan, David Wenham, Callan Mulvey, Andrew Pleavin. Cines: Málaga Nostrum, Vialia, Rosaleda, Plaza Mayor, La Verónica, Alfil, Miramar, La Cañada, Gran Marbella, Plaza del Mar, Rincón, Ronda, El Ingenio.

Filme-icono de una nueva era tecnológica para el viejo péplum de romanos fornidos con sandalias de cuero, 300 popularizaba una nueva estética digital y escenológica a mayor gloria de una épica de baratillo culturalmente justificada por el cómic de origen (Frank Miller) y por el atisbo de que, detrás de Zack Snyder, su director, estaba la promesa de un verdadero iconoclasta de su tiempo que pudimos disfrutar, al menos en destellos, en Watchmen y la infravalorada y juguetona Sucker Punch.

Toca, como siempre en estos casos, volver al lugar del crimen y alrededores. Esta aparatosa pre-secuela con manual de instrucciones, orquestada ahora por el suplente Noam Murro, lo que confirma que dirigir es hoy, en este tipo de películas, casi prescindible, regresa a unos mismos paisajes y escenarios grandilocuentes de saturación digital, salpicaduras de sangre espesa y músculo de photoshop para tirar por tierra los ideales democráticos de la Antigua Grecia en un ejercicio extenuante de pirotecnia visual (cámaras lentas, polvillo suspendido en los planos (sic), escenas de masas en perspectivas infinitas, etcétera) y diálogos trascendentes o directamente ridículos, como ése en el que, en boca de la severa Reina Gorgo (Lena Headey), escuchamos algo así como: "¿Has venido a Esparta a ver cómo los luchadores te la ponen dura?". Puede que se trate sólo de eso.